“Dios también está en las pequeñas cosas”, dijo el célebre historiador del arte Aby Warburg (1866-1929), el teórico alemán que transformó el modo de ver las imágenes. Entre esas pequeñas cosas están las editoriales universitarias –con Eudeba como decana de un conjunto diverso integrado por la Editorial UNQ (Universidad Nacional de Quilmes), Unsam Edita (Universidad Nacional de San Martín), Eduner (Universidad Nacional de Entre Ríos) y Eduvim (Universidad Nacional de Villa María), entre tantas otras–, que buscan multiplicar sus producciones a la par que intentan ganar mayor visibilidad entre lectores no especializados. A pesar de la recesión económica que afecta al conjunto del sector editorial, una nueva editorial se suma a este universo: Libros UNA, de la Universidad Nacional de las Artes, coordinada por Marina Malfé. El primer título publicado es Aby Warburg y la imagen en movimiento de Philippe-Alain Michaud, con traducción de Víctor Goldstein y prefacio de Georges Didi-Huberman, “un texto de teoría que se edita desde una universidad especializada en artes en Latinoamérica, un contexto sumamente adecuado para ese título”, dice la coordinadora a PáginaI12. “Warburg, maestro de (Erwin) Panofsky, es un teórico alemán fundamental, sumamente innovador para pensar la historia del arte y la imagen. En su vida se produce un quiebre que se genera a partir de una experiencia de viaje a México al visitar a los indios pueblo. Este libro representa entonces un pensamiento europeo pero no eurocentrista, permite revisar la rigidez epistemológica occidental a través de culturas también muy antiguas, de pueblos originarios, con otra cosmovisión”, plantea la editora.
¿Cómo imagina la construcción del catálogo de Libros UNA? “Una editorial universitaria debe caracterizarse por publicar, poner en valor, bibliografía y productos editoriales que aporten al conocimiento, que ayuden a pensar cuestiones innovadoras, y que no estén disponibles. Para Libros UNA se trata de definir cuáles son esas cuestiones en artes que no están circulando. Ese es el riesgo, hacer circular algo nuevo”, explica Malfé. “Comenzaremos, en etapas, con cuatro colecciones: ensayos, manuales, libros sobre artistas e infantiles. Ya tenemos diseñadas y en proceso dos: Enfoques, la colección de ensayos donde editamos el libro de Warburg, y que también tendrá un formato de bolsillo para ensayos más breves; los Manuales, con un primer libro sobre trabajo en trapecio fijo de Érica Stoppel, una referente del circo que vive en Brasil, y otro en preparación sobre semiótica, en el que están trabajando en equipo Oscar Steimberg, Marita Soto, Sandra Torlucci y Yamila Volnovich”, anticipa la editora de Libros UNA, con una experiencia de veintiún años en el mundo editorial, en diversos sectores.
“Los manuales de calidad son una demanda poco atendida; queremos avanzar fuerte en esta colección –agrega Malfé–. Creemos que hacen falta y tenemos mucho saberes y herramientas en la universidad. La gente piensa que el arte no está al mismo nivel de producción de conocimiento que la ciencia y la tecnología; necesitamos demostrar que eso no es cierto, que ha cambiado en los últimos tiempos. Hoy no es posible la innovación sin la participación del arte y los artistas. También vamos a apostar a diferentes formas de pensar los ensayos. Hay muchos temas que sólo se presentan en un formato muy teórico, y estamos pensando libros artesanales, de pequeñas tiradas, junto al taller de tipos móviles y de litografía que funcionan en el museo de La Cárcova de la UNA, en Costanera Sur”.
Dentro del conjunto diverso de editoriales universitarias, ¿qué aportará Libros UNA? ¿Cuál será su perfil, su sello distintivo? “Libros UNA pretende ganarse un espacio en las librerías de todo el país. Y también del extranjero, de los países hispanohablantes; ya llegamos a muchas librerías en España, a una en Chile, otra en Colombia, y así de a poco a varios países más”, cuenta la editora. “La intención no es ser una editorial endogámica, que edita sólo para sus docentes y estudiantes, porque ese público ya conoce la universidad y sus posibilidades -aclara Malfé-. Queremos conectar la UNA, la producción artística y el conocimiento en artes, con toda la sociedad, con la comunidad en general”.