Marcelo Odebrecht, el ex presidente de la constructora que confesó ser el gran corruptor de la clase política brasileña y de las de otros 12 países en América latina y África, dejará hoy la cárcel luego de cumplir dos años y medio de su condena de 19, gracias al acuerdo de delación premiada firmado con el juez Sérgio Moro y la corte suprema. El heredero de la mayor constructora latinoamericana dejará la cárcel de la Policía Federal en Curitiba, estado de Paraná, fronterizo con Misiones, y permanecerá hasta 2020 en arresto domiciliario en San Pablo, en su mansión de 3.000 metros cuadrados valuada en 9 millones de dólares.

El fin de semana, Emilio Odebrecht, patriarca de la empresa, anunció que este año dejará el Consejo de Administración de la firma para confirmar la nueva etapa de la empresa, que seguirá funcionando luego de pagar multas y de la delación de 77 de sus ejecutivos. “Le agradezco a Marcelo, que está volviendo a la convivencia familiar, por su coraje, determinación y espíritu de colaboración con la justicia. Espero que construya un nuevo y promisorio futuro, y contará conmigo y sus ex compañeros de Odebrecht”, dijo Emilio. 

El aún presidente del Consejo de Administración confesó delitos de sobornos y pagos ilegales de campaña desde la dictadura militar (1964-1985) por parte de Odebrecht en el marco de la gran delación para salvar a su hijo y a la empresa. En acuerdo con la fiscalía, aprobado por el juez Sérgio Moro y la presidenta del Supremo Tribunal Federal, Carmen Lúcia, el patriarca de la empresa corruptora deberá tener una condena de 4 años a partir de 2019 en su vivienda de Salvador, Bahía, obligado a retornar por las noches a su mansión.

Marcelo Odebrecht creó bajo su gestión al frente de la empresa en la última década el Departamento de Operaciones Estructuradas, una compañía paralela en la cual se contabilizaban y financiaban ilegalmente campañas electorales y sobornos. La delación del grupo Odebrecht provocó la apertura de investigaciones contra 80 políticos y funcionarios, y líneas de pesquisas que involucran a todos los presidentes vivos que gobernaron desde 1985: José Sarney, Fernando Collor de Mello, Fernando Henrique Cardoso, Luiz Inácio Lula da Silva, Dilma Rousseff y Michel Temer, el actual.

Temer es investigado porque el delator Claudio Melo contó que el propio jefe del Estado le pidió 3 millones de dólares para la campaña de su fuerza, el PMDB. Lula, en cambio, fue acusado por su ex ministro de Economía preso, Antonio Palocci, de tener una cuenta corriente a disposición por parte de Odebrecht. Marcelo dijo que nunca habló con Lula de estos asuntos y sí lo hacía con Palocci, también ex jefe de gabinete y de campaña de Rousseff.

“Reconocimos nuestros errores. Odebrecht cambió”, dijo Emilio Odebrecht a los nuevos integrantes del Consejo de Administración del grupo a los que reunió el fin de semana en Salvador, según publica hoy el diario económico Valor. “Ustedes tendrán la responsabilidad de seguir nuestra historia y realizar la vuelta de página y la más significativa transformación en los 73 años de la empresa”, dijo el patriarca, padre del llamado “Príncipe de las Constructoras”. Marcelo Odebrecht volverá a su casa familiar, con su esposa y dos hijas: para este año, pidió al equipo de Lava Jato dos salidas del arresto domiciliario, las ceremonias de graduación de ambas.

El heredero de la mayor empresa de ingeniería de Latinoamérica quedará bajo arresto domiciliario y luego de dos años y medio pasará a un régimen semi abierto a raíz de que 77 ejecutivos del grupo Odebrecht hicieron un acuerdo de delación premiada. Marcelo Odebrecht, de 49 años, volverá a vivir en el barrio cerrado de mansiones Jardim Pignatari, en el barrio de Morumbí. Se trata de una fortaleza con guardias privados, muros y cercas electrificadas que está ubicada a 950 metros de la sede de la gobernación del estado de San Pablo y a 2.500 metros del estadio Cícero Pompeu de Toledo, Morumbí, del club Sao Paulo. La mansión del empresario condenado por corrupción tiene piscina, cancha de fútbol, será la nueva prisión a raíz de que apenas en 2020, siguiendo el acuerdo de la delación premiada, Odebrecht podrá pisar las calles.

Según el diario Folha de Sao Paulo, Marcelo Odebrecht está en crisis con su padre, Emilio, quien desplazó de la conducción de la constructora a todos los familiares y lo obligó a confesar los delitos. El acuerdo de Odebrecht con la justicia para liberar al heredero fue homologado el pasado 28 de enero por parte del Supremo Tribunal Federal.

Actualmente, Marcelo Odebrecht comparte su celda con un contrabandista de divisas y realiza ejercicios físicos. En abril pasado, para firmar el acuerdo de delación, Marcelo Odebrecht pagó unos 25 millones de dólares a la justicia de multa, como parte de la restitución del dinero de la corrupción a los cofres públicos. La empresa se comprometió a pagar multas por sus delitos en EE.UU., Suiza (por las cuentas secretas de los corruptores) y Brasil por unos 1.200 millones de dólares en los próximos diez años.