La inédita campaña de las elecciones regionales que se celebran mañana en Cataluña cerró ayer en una atmósfera de tensión, con un acto electoral de los secesionistas a las puertas de la cárcel madrileña donde se encuentra su líder Oriol Junqueras y un escrache al presidente español Mariano Rajoy frente a un museo de la ciudad catalana de Figueres, en Girona. Junqueras, quien lidera el frente secesionista, se diputa la victoria con la candidata del partido “unionista” Ciudadanos, Inés Arrimadas, según coinciden los sondeos, que pronostican un escenario de ingobernabilidad por la ausencia de mayorías claras. Las elecciones son excepcionales y se celebran como consecuencia de la intervención de la región por parte del Ejecutivo de Rajoy, quien abortó el proceso de secesión impulsado por el gobierno cesado de Carles Puigdemont. Tan excepcionales son los comicios que tres de los candidatos independentistas están encarcelados y cinco huyeron a Bruselas, Bélgica, por la presión judicial, entre ellos el ex presidente Puigdemont. Otro de los elementos extraños ha sido el protagonismo virtual de Puigdemont, quien intervino en los actos por videoconferencia (foto). “El jueves todos a votar. Soy el ‘president’ porque no acepto que nadie recorte nuestras instituciones”, dijo en su último mensaje.