Lito Cruz falleció ayer a los 76 años, por causas que al cierre de esta edición se desconocían. Al intentar comunicarse con él durante el día sin éxito, su hija Micaela se acercó a su domicilio de Barrio Norte, halló el cuerpo sin vida y confirmó a los medios el fallecimiento. “Yo lo encontré a papi y estaba dormidito en la cama, así que supongo que se habrá ido anoche, dormidito. Fue un gran padre, un gran maestro, mi mentor”, decía la mujer a Crónica. Aparte de actor de teatro, cine y televisión, fue un destacado maestro de intérpretes e incluso funcionario público. Su último mes de vida estuvo signado por una denuncia de violencia de género de una ex pareja, Patricia Perrota, por la cual fue levantada de la cartelera la obra Mi querido mentiroso, que protagonizaba junto a Claribel Medina.

En julio de 2011, Cruz conversaba con el suplemento Radar acerca de la muerte. “Ya tengo el epitafio: ‘Fue muy divertido, nos vemos pronto’. La muerte no es un concepto de vida, es un concepto cultural, pasa que uno está conectado con su vida y no con la vida en general, la vida es un viaje y la muerte es parte de ese viaje; si te morís das vida, no hay manera de interrumpirla”, reflexionaba en la entrevista, como solía explayarse sobre los más diversos temas. Eran los tiempos en que encarnaba a Oscar Nevares Sosa, el oscuro abogado de la tira El elegido. Uno de sus tantos personajes malísimos, por el cual obtuvo un Martín Fierro. 

Nació en Berisso, ciudad donde abrazó su vocación a los 15 años. Su nombre completo era Oscar Alberto Cruz. Le decían “Lito” por un hermano suyo que falleció y se llamaba Angel. Sus comienzos fueron dentro de grupos de teatro independiente. Hizo la secundaria en La Plata. En 1961 se trasladó a Buenos Aires, y se dedicó a estudiar simultáneamente teatro y arquitectura. También dio sus primeros pasos como actor profesional. Debutó a los 18 años en el teatro Tafs de la ciudad de Rojas, provincia de Buenos Aires. En 1965 viajó a Chile para perfeccionar sus estudios en el Instituto de Teatro Universitario, importante escuela de aquél entonces. Tres años más tarde, volvió a Buenos Aires, y en 1969 fundó con Augusto Fernandes el grupo Equipo de Teatro Experimental de Bs. As. (Eteba), que ofreció la destacada puesta La leyenda de Pedro, basada en Peer Gynt, de Ibsen. Con esta obra, en la que encaró el rol protagónico, viajó por Europa. En 1972 el grupo participó de las Olimpíadas de Múnich, con El sapo y la serpiente.

Otra faceta destacada de Lito Cruz fue la enseñanza, actividad a la que comenzó a dedicarse como profesor de actuación en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático, el mismo año en que se convirtió en director con la obra El pupilo quiere ser autor, de Peter Handke. Continuó formándose en el exterior, en el Actors Studio de Lee Strasberg, becado por el gobierno norteamericano. En sus viajes a Estados Unidos conoció a Robert de Niro, con quien entabló una amistad. En 1993 asumió la dirección del Teatro de la Ribera y en 1995 la del Instituto Nacional de Teatro. El epicentro de su enseñanza fue, luego del conservatorio, su estudio particular de la calle Suipacha.

En televisión participó en más de 20 programas, como Alta Comedia, Zona de riesgo, El garante, Tiempo final, Malandras, Mujeres asesinas, Para vestir santos, El elegido y La leona. Siete vuelos (Televisión Pública) fue su último trabajo, emitido este año. Su filmografía comprende 45 películas. Su debut fue en Los taitas (1968). Entre sus films se encuentran Don Segundo sombra, La frontera olvidada, Contragolpe, La isla, Darse cuenta, Sotto Voce, El juguete rabioso, Nada por perder, Vidas privadas, Historias breves IV, Chile 672, ¿De quién es el portaligas?, La revolución es un sueño eterno, Gato negro y Los inocentes. También Sur y Betibú. En teatro, trabajó como actor en Ha llegado un inspector, Madera de reyes, El pupilo quiere ser tutor, El tiempo y los Conway, Juan Moreira y Todos eran mis hijos, entre otras. Como director, se desempeñó en El barrio del Ángel Gris, Cuba y su pequeño Teddy, Discursos, Tercero incluido, Chau, Misterix, Guayaquil… El encuentro, Extraño juguete y Emperador Gynt y muchas más.

Era un defensor del teatro independiente. Y como funcionario fue también director del Consejo Provincial del Teatro Independiente, organismo creado en 2010 para el fomento y apoyo de salas e intervenido por la gestión de María Eugenia Vidal el año pasado. “El teatro es el lugar en el que la raza humana se puede pensar a sí misma, y el comunitario e independiente tiene un alto grado de responsabilidad social. Allí es donde se puede contar la historia de un pueblo, por ejemplo. En mi caso, tuve la posibilidad de comprar un terreno y construir una sala en Berisso. Fue algo hermoso, porque las imágenes que a mí me siguen inspirando son las que guardo de mi ciudad natal”, expresaba en 2016. En su momento hizo funciones en cárceles y para discapacitados. Viajaba por el país para brindar charlas y apoyar la creación de normas para la creación de salas independientes. 

Dicen los medios que en una de sus últimas apariciones públicas, en televisión, cuestionó la reforma previsional del macrismo. El último mes de su vida estuvo signado por una fuerte denuncia de su ex pareja, Patricia Perrota, quien lo había conocido en un seminario de actuación. La mujer de 39 años informó que intentó hacer una denuncia en la Comisaría 17 de la Ciudad de Buenos Aires pero que no habían querido tomársela porque “no tenía moretones”. También dijo que Cruz se reía cuando ella le decía que iba a denunciarlo; que le respondía que nada iba a pasarle porque “era un personaje famoso”. Lo acusó de alcohólico, violento y celoso. 

“La Justicia tiene que decir cómo fueron las cosas. No pasa nada, soy un hombre grande, voy hacia los 80. Uno ha trabajado toda su vida por algo y de pronto gente que no tiene talento para otra cosa se cuelga de la gente que trabaja honestamente. Ojalá le vaya bien, así gana plata”, respondió Cruz a las acusaciones, refiriéndose a un libro escrito por Perrota que lo implicaba. La obra Mi querido mentiroso, que el actor protagonizaba junto a Claribel Medina, fue suspendida a causa de estas denuncias. La hija de Cruz aseguró que su familia recibió amenazas de muerte tras la separación de él y Perrota.

En una entrevista de fines del año pasado, (a El1Digital), definió a la actuación como el oficio “más fácil”: “Cuando hay un acto natural en escena, el público tiene una conmoción (…). El artista tiene que ser invisible para que surja lo que tiene que surgir. A veces el actor se disfraza de actor y se lo cree. Todo el mundo es actor o actriz, por eso siempre digo que es la profesión más fácil del mundo. Uno se levanta a la mañana, se mira al espejo, y ve ciertos problemas que hay que corregir, y se viste, se maquilla y se peina. Algunos se disfrazan de empleados, otros de estudiantes universitarios, pero hay que comprender que nuestro real está en otro lugar y aparece cuando estamos en soledad. Disfrazarse es inherente a la raza humana, como el hecho de imitar, por eso todos tenemos algo de otro. Simplemente se necesita observar la vida y practicar”. Su velatorio será mañana desde temprano en la casa funeraria Zuccotti.