El proyecto presentado anteayer sigilosamente por el interbloque patagónico (IP), denominado Anexo Tributario Solidario Lgtbi de la Reforma Previsional, con la firma de su presidenta, ingeniera Hilda Garrotte y Vedia, introduciría modificaciones en la nueva la ley jubilatoria, esta semana aprobada en medio de un escándalo mayúsculo. Si bien el IP integra la alianza gobernante, siempre ha dejado en claro que aspira a conservar un perfil propio, asociado a la promoción de determinados valores.
La ingeniera Garrotte propone se cubra la suma de 100 mil millones de pesos, necesaria para financiar el déficit fiscal de 2018, sin recortar los haberes jubilatorios, mediante la creación de un impuesto anual de carácter solidario para aquellas parejas lgtbi que no tuvieran hijos ni, a la fecha, iniciado trámites ante el Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (RUAGA). La difusión del proyecto -era de esperar- está siendo muy mal recibida entre los organismos de defensa de los derechos de la población lgtbi, que acompañarán las demandas individuales de inconstitucionalidad ante la justicia, en carácter de amicus curiae, en caso de aprobarse. Consultada por este suplemento, la diputada Garrotte definió su iniciativa como "una vuelta de tuerca para hacer sustentable el sistema previsional. Ya que la legislación fue tan generosa en nuestro país con esta gente, al menos que los que no buscan hacerse de niños o niñas, aporten. Menos cruceros, maquillajes y casa rodante y más altruismo con los adultos mayores, muchos de los cuales padecen la misma inversión de ellos"
La redacción de Soy tuvo acceso al expediente, que será debatido antes de fin de año en Comisión y, tal como el IP asegura, votado en la última sesión del año con el apoyo de legisladores de varios bloques, la mayoría con llegada a miembros del Episcopado. En el artículo primero, se define la categoría de persona lgtbi, haciendo distinción en la pertenencia a cada uno de los colectivos que componen la sigla. Este artículo requiere de informes clínicos para determinar con certeza si un futuro o futura contribuyente es, por ejemplo, intersexual y a la vez transexual, lo que implicaría un monto contributivo mayor.
El artículo segundo es clave y así lo demuestra su extensión, porque insta a la AFIP a detectar a gays, lesbianas, trans, intersex e incluso "chongos", que convivan como pareja pero no hayan inscripto su vínculo como matrimonio o unión civil. En este caso será determinante la invitación a vecinos o allegados a visibilizar la situación vincular si los posibles afectados por la norma no lo hacen previamente. Garrotte y Vedia reconoce las dificultades que entraña este capítulo por el riesgo de que sea considerado policíaco o conducir a errores, por cuanto resulta fundamental no solo la buena voluntad de la ciudadanía sino también el aporte de la ciencia: los médicos pueden hacer revisaciones a los varones homosexuales. Ellos saben bien adónde dirigir sus ojos e instrumentos de medición: el diámetro del esfínter suele ser una prueba de alta precisión. En cuanto a las lesbianas, contaríamos, además, con asistentes sociales. Tengo entendido que muchas compran camionetas de alta cilindrada y tienen el hábito del camping. Y son muy conocidos, por supuesto, los oficios que revelan la inclinación. Mi peluquero no ve con malos ojos la iniciativa. Es cierto que adoptó dos criaturas y estará exento del tributo. Pero confío en la comunidad lgtbi. Sufren su cruz desde la infancia, por alguna razón Dios -creo- los ha puesto a prueba en la vida y por eso mismo, creo, aquellos que no experimenten su condición como un viva la pepa, mirarán el sacrificio como un deber para con otros sectores vulnerables".
Por lo pronto, la reacción de las organizaciones lgtbi pareciera desmentir a la diputada. Una norma de esta envergadura se encontraría con múltiples obstáculos en su implementación. ¿Cómo no producir discriminaciones mayores, cuando muchos homosexuales permanecen en lo que denominan "el closet"? ¿Cómo no arbitrariedades contra quienes, siendo heterosexuales, caminan o hablan de una manera que puede confundir? Garrotte y Vedia aclara: "si se les quiebra la muñeca a ellos, o si a ellas les gusta patear la pelota, deberá ser la medicina legal quien tenga la última palabra".