Los escándalos sexuales que implican al Partido Conservador británico llegaron a la cúspide del gobierno de Theresa May. Su número dos, Damian Green, renunció hoy como primer secretario de Estado, un cargo equivalente a viceprimer ministro. Estaba en la mira por una denuncia de acoso, pero el material pornográfico hallado en su computadora terminó con su carrera política.
Green, de 61 años, estaba acusado de acosar en 2015 a la militante conservadora Kate Malby. La investigación del caso lo absolvió en forma parcial, pero se lo terminó acusando de falso testimonio sobre un episodio de 2008, cuando le encontraron material pornográfico en la computadora de su oficina del Parlamento. Es la segunda gran baja en el gobierno de May tras la caída del ministro de Defensa Mihael Fallon, quien también debió renunciar por denuncias de acoso.
May expresó su “profundo pesar” por la renuncia de Green, quien había trepado hasta el cargo que ahora deja en junio pasado, cuando la líder conservadora formó gobierno tras las elecciones. Green siempre negó las acusaciones, pero en su carta de renuncia, dirigida a la premier, pidió disculpas por su comportamiento.
En rigor, hay una investigación interna del Parlamento que apunta a 36 políticos conservadores acusados de acoso. El listado habría sido armado por empleados del Palacio de Westminster, la sede del Parlamento, y motivó la investigación que ya terminó con dos altos cargos del gobierno de May en plena negociación del Brexit.
Entre los nombres de los acusados aparece una mujer: Amber Rudd. Es la ministra del Interior de May, una pieza clave del gobierno que surgió tras la victoria del Brexit en el referéndum del 23 de junio de 2016. Ocupa el cargo que antes de ella tenía May al momento de reemplazar a David Cameron como cabeza del gobierno. También está en la mira Mark Garnier, el secretario de Comercio Internacional. Aunque las violaciones al código parlamentario son bien distintas, dado que Rudd está en la mira por una relación extramatrimonial, mientras Garnier admitió puertas adentro del Parlamento haber pedido a su secretaria que le comprara juguetes sexuales.
John Bercow, máxima autoridad del Parlamento, había anunciado “tolerancia cero” al acoso sexual dentro del Palacio de Westminster e instado a hacer la denuncia correspondiente. “No cometamos errores, hace falta un cambio”, aseguró.