Bueno, cinco libros de historieta. La siguiente no es una lista de “los mejores” (aunque podrían integrar cualquier top 10). Es una selección que permite ejemplifica por dónde van los tantos en el circuito.
Poncho Fue (Sole Otero, Hotel de las Ideas): reconocido muy rápidamente como uno de los títulos del año, Poncho Fue abrió el juego en un año donde los libros creados por mujeres tuvieron especial relevancia. Salió temprano y con un relato poderoso, sensible y estéticamente impecable sobre una relación conflictiva multiplicó elogios de todos lados.
El Volcán (Varios autores, Editorial Municipal de Rosario y Musaraña Editora): esta selección de “nuevos historietistas” amplía el gesto hacia América Latina y no sólo da un panorama de dónde se paran estéticamente los autores nóveles, sino que también da cuenta de su integración con el resto del continente.
Alegría vol. 1 (Varios autores, La Maroma): esta recopilación de viñetas y chistes del colectivo online de humoristas gráficos no sólo ejemplifica la importancia de internet para la generación de nuevos proyectos, también resalta la centralidad que tuvo la discusión política para los historietistas durante 2017.
Almer Definitivo (Manuel Loza, Big Sur+Fans Choice): la reedición de Almer (2016) con un capítulo extra, en nuevo formato y con distintos extras tuvo el detalle particular de haber sido lanzado por un colectivo editorial. No es la primera vez que sucede (LocoRabia ya lo hizo con sus pares uruguayos de Mojito), pero muestra cómo los colectivos locales están evolucionando en su trabajo conjunto.
Fierro (Varios autores, Página/12): la nueva etapa de la emblemática revista no sólo vino con nuevo formato y periodicidad, también trajo una renovada apertura a las generaciones más jóvenes, con otros códigos y propuestas narrativas y estéticas distintivas que se mezclan con las ya instaladas. ¿El resultado? Una publicación más plural y que sintetiza mejor la frondosa riqueza creativa de la historieta argentina.