La abogada Verónica Heredia pedirá la nulidad de la última declaración testimonial que tuvo lugar en la causa por la desaparición y muerte de Santiago Maldonado porque no fue notificada con antelación suficiente para hacerse presente. El martes, luego de muchas idas y vueltas, finalmente el juez federal Gustavo Lleral escuchó a una de las últimas personas que vio con vida a Maldonado, el joven mapuche Lucas Pilquiman. Su testimonio fue recogido meses atrás por los abogados peticionantes ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, quienes para preservar su identidad –dadas las sucesivas represiones que padece la comunidad mapuche en Resistencia de Cushamen y de las cuales ellos son denunciantes– lo identificaron con la letra E, entre otros testimonios también reservados. Ahora, ante el juez, el testigo ratificó que vio a Santiago “agachado” bajo las ramas de un sauce, a la orilla del río, y que los gendarmes dispararon balas de goma y de plomo mientras decían “indios de mierda, maten a uno”. Pilquiman esta vez no mencionó hechos que había referido con anterioridad, una razón más que invoca la familia Maldonado para que vuelva a ser interrogado. Durante la testimonial, le mostraron el video del operativo del 17 de octubre, cuando fue encontrado el cuerpo de Santiago, y reconoció el lugar como el mismo donde lo vio por última vez.

Luego de que PáginaI12 publicara su relato, el anterior juez del caso, Guido Otranto, convocó a Pilquiman pero nunca le tomó declaración. El 18 de septiembre ese magistrado encabezó un operativo en la lof, donde a Lucas y a otro testigo, Matías Santana, los mantuvieron en el piso precintados durante doce horas. A partir de aquel momento nadie había podido dar con él hasta ayer, cuando declaró ante Lleral pero fuera del juzgado, porque su familia tendría temor de posibles represalias por parte de la Gendarmería, la fuerza de seguridad que protagonizó el operativo en el cual desapareció Maldonado. Sin embargo, la familia del tatuador ahora impugnará la declaración porque no pudo estar presente su representante legal. La cédula de notificación fue subida al sistema web casi a la medianoche del día previo a la audiencia con Lucas Naiman Pilquiman. Heredia pidió al secretario del juez que la suspendieran para “poder estar presente”, porque “el testimonio de Lucas es vital para la familia Maldonado para saber la verdad”. Nunca tuvo respuesta. El problema no era sólo de horario, sino que la declaración fue tomada en la sede del juzgado de paz de la localidad de Epuyén.

“La represión empezó a las 5 de la mañana cuando alrededor de 150 efectivos de Gendarmería comenzaron a despejar la ruta y a efectuar disparos de plomo y goma hacia el Pu Lof. Me desperté asustado, y entonces me fui a esconder al río, pero no conozco mucho la zona porque no soy parte de la comunidad. Voy constantemente a visitarla, a ver a mi hermana Ailin Co. Fueron alrededor de 30 minutos que estuvieron efectuando disparos, luego desalojaron la ruta y nos fuimos a descansar”, dijo el testigo en la declaración a la que accedió PáginaI12. Cerca de las nueve los mapuches decidieron volver a cortar la ruta y hacer una panfleteada. “Tardo un poco en salir a la ruta, voy caminando, veo a unos 60 o 70 gendarmes que bajaron hasta la tranquera y atrás venían escoltándolos una camioneta de Gendarmería y el Unimog”, describió, en coincidencia con los testimonios de todos los mapuches que fueron interrogados en el expediente. 

Pilquiman explicó que “cuando baja Gendarmería hasta unos 500 metros de donde estábamos nosotros, comienzan a efectuar disparos de goma, entonces nosotros comenzamos la autodefensa con piedras”. En ese momento, el testigo procedió a hacer un dibujo a mano alzada de lo que venía relatando. “Luego los gendarmes avanzan y se separan en dos grupos, por el medio pasa la camioneta de Gendarmería a fondo para atropellar a los peñi que entran al Pu lof, y la Gendarmería se forma en la línea de la tranquera. En ese momento, sacan las armas reglamentarias y comienzan a tirar, eran de 9 milímetros. Entonces pasó un auto y la Gendarmería le pidió que sea testigo de todo, pero no quiso y siguió su marcha. Ellos tiraban con postas de goma y balas 9 milímetros y nosotros con piedras, y decían ‘indios de mierda’ y ‘maten a uno’ (...) Luego de ello, el Unimog se estaciona frente a la tranquera. Se baja un gendarme y corta la cadena e ingresa el Unimog y el personal de Gendarmería”. Después, los mapuches se “replegaron”.

El testigo conocido como E expresó ante Lleral que “de quienes estaban ahí, conocía, además de a mi hermana, a Matías Santana, porque fue el que me recibió el domingo y me explicó cómo funcionaba la comunidad, y a Santiago Maldonado, que lo conocí en El Bolsón porque él iba constantemente a la feria y tenemos amigos en común. Entonces cuando yo llegué a la comunidad, él me reconoció. Cuando gritaron “repliéguense”, yo corrí derecho hacia el río. Cuando voy hacia el río lo veo a Santiago que va a la guardia, agarra su mochila y se la pone, y sale corriendo atrás mío”. Así lo contaron también Ailin Co y Claudina Pilquiman. “Sigo corriendo, bajo hasta donde voy a buscar agua. Atiné a tirarme derecho al agua porque estaba bajo su nivel, pero quedé enredado en unas ramas de sauce. Me desenredo y me tiro de nuevo. Sé nadar, pero me hundía porque tenía un buzo y una campera de abrigo, me pesaba y me tiraba para abajo. Me hundí por la ropa y en un pozón que hay el agua me tapó, mido casi 1 metro 90. Me saqué la campera y dejé que se la lleve la corriente. Le grito a Santiago ‘vamos Peñi, vamos’. Me doy vuelta y veo que el agua le llega al pecho. Santiago me decía ‘no puedo peñi, no puedo’”. 

Pilquiman agregó que, cuando llegó a la otra orilla, vio a Santiago “agachado escondido entre los sauces”, y que salió corriendo porque tenía mucho frío. Ya seco luego de hacer fuego, y junto a Santana, vio a gendarmes barranca arriba “tirando con 9 milímetros, escopeta y piedrazos, abajo en el agua estaba Santiago, tenía ropa oscura, pantalones negros, una campera celeste, y abajo un buzo largo de lana. Estaba muy abrigado”. Cuando los mapuches se reunieron y empezaron a decir que faltaba Santiago, Pilquiman no les contó lo que había pasado. “Estaba muy asustado, era la primera vez que pasaba por una situación así”, dijo ante el juez. 

Consultadas varias fuentes del caso, indicaron a PáginaI12 que es posible que Pilquiman “no haya dicho todo lo que sabe”, aunque de la lectura de la declaración surge que tampoco le hicieron preguntas. Su temor a represalias por parte de los uniformados tiene que ver con que varios miembros de su familia fueron torturados e incluso encarcelados desde enero de 2015. Los testigos protegidos del caso fueron expuestos por la propia ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y la comunidad denunció que “no tienen garantías” sobre su integridad física. 

Los Maldonado seguirán exigiendo que todas las personas cuenten todo lo que saben sobre las circunstancias en que murió Santiago, entre ellos los gendarmes que, está comprobado en la causa, lo persiguieron hasta el helado río Chubut.