Con algunos cambios puntuales el oficialismo logró darle media sanción en Diputados al proyecto de reforma fiscal ayer en la madrugada. Con el acuerdo previo de los gobernadores –con excepción de San Luis– el Gobierno se aseguró el apoyo del Interbloque Argentina Federal, con lo que pudo cosechar 146 votos positivos, 77 en contra y 18 abstenciones. En el debate en particular el oficialismo no aceptó modificaciones en el pago de Ganancias para el caso de indemnizaciones y retiros voluntarios y defendió esa postura aduciendo que el espíritu de ese artículo, el 47, aunque va en contra de la jurisprudencia actual, es “progresivo” e involucra a ejecutivos y directivos de empresas. El lobby empresario se hizo sentir, principalmente las amenazas de Coca Cola de no volver a invertir en el país, y el tratamiento impositivo de bebidas azucaradas no tendrá cambios, mientras que en cerveza se hizo una diferenciación de alícuotas entre producidas industrialmente y artesanales. Finalmente, por pedido de casi todo el arco opositor quedó exenta la actividad de mutuales y cooperativas del pago de Ganancias.
Fue un debate extenso donde el oficialismo, que tenía los votos necesarios para aprobar la norma, se mostró reacio a realizar modificaciones profundas. En la votación general hubo abstención del Frente Renovador y el rechazo provino del Frente para la Victoria-PJ, la Izquierda, el Movimiento Evita, Progresistas y los puntanos de Compromiso Federal, entre otros bloques.
Pese a que fue uno de los puntos clave que se discutió sobre tablas, el espacio Cambiemos no aceptó modificaciones en el pago de Ganancias sobre indemnizaciones. “Está claro que el espíritu de la norma no es gravar las indemnizaciones de los trabajadores bajo convenios sino a los directivos y ejecutivos que cobren por encima de los montos mínimos de la ley”, detalló en el debate en particular el diputado Luciano Laspina (PRO), tras lo cual se confirmó que no se aceptarían cambios. “El problema es que viola groseramente la jurisprudencia, la cual dice que Ganancias debe estar sobre importes permanentes, más allá de la progresividad de la norma”, le contestó Axel Kicillof (FpV-PJ). En el artículo 47 quedó detallado que alcanzará, “sin perjuicio de las demás disposiciones de esta ley, para quienes se desempeñen en cargos directivos y ejecutivos de empresas públicas y privadas”. Por el contrario, quedaron exentos los inversores no residentes, salvo en el caso de Lebac.
Previo a la votación en general y con el objetivo de que no haya fuga de voto, el oficialismo aclaró que se descartarían los artículos 23 y 24 de la reforma que proponían gravar con el impuesto a las Ganancias a cooperativas y mutuales. Su eliminación había sido reclamada por entidades del sector y apoyada por diputados de la oposición. También hubo marcha atrás sobre impuestos internos al consumo, los cuales habían sido justificados por el oficialismo en cuestiones de salud, pero que ante las presiones del sector empresario y algunos gobernadores quedó en evidencia que se trató de fines recaudatorios.
Un ejemplo de estos retrocesos fue el impuesto a las bebidas azucaradas que había generado un fuerte rechazo de la multinacional Coca Cola, además del de los productores cañeros. El proyecto original contemplaba una alícuota de 17 por ciento pero tal como quedó redactado en el borrador elevado al Senado se mantuvo el actual impuesto de 4 por ciento para aquellas gaseosas que tienen jugo de limón, y de 8 por ciento para las analcohólicas con o sin azúcar. Vinos y sidra no serán alcanzados por impuestos internos y los espumantes y champagne no fueron incluidos como exención en el texto de la reforma, por lo que queda a discreción del Gobierno prorrogarla. Respecto del impuesto interno a las cervezas, del 17 por ciento también previsto en el proyecto original se redujo al 14 , mientras que para las artesanales el gravamen quedó fijado en un 8 por ciento. En el caso del IVA, se redujo a la mitad del 21 a 10,5 por ciento, para carne de pollos, cerdos y conejos, y quedó equiparado al tratamiento para cortes vacunos.
En el caso de los beneficios para el sector empresario se mantuvo sin modificaciones el tope salarial a partir del cual no se pagarán aportes patronales: la escala comienza el año próximo en 2400 pesos, luego pasa a 4800 al siguiente, 7200 en 2020, 9600 en 2021 y 12.000 en 2022. También quedó firme el recorte de diez puntos en Ganancias (de 35 a 25 por ciento) como incentivo a la reinversión de utilidades y la devolución anticipada de los saldos de IVA por ventas.