El 90 por de las cientos de las trabajadoras sexuales denunció que sufrió algún tipo de violencia por parte de las fuerzas de seguridad durante el último año, según un relevamiento realizado por la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (Ammar) y presentado, en el Congreso Nacional, el 10 de diciembre pasado. La encuesta fue realizada entre 363 trabajadoras sexuales, en su mayoría de la modalidad calle y un diez por ciento que ejercen en departamentos privados, bares y boliches, en los barrios de Once, Flores y Constitución.
Casi un 80 por ciento contó que fue detenida o demorada por las fuerzas de seguridad durante 2016. Este porcentaje representa a 276 mujeres, lesbianas, travestis y trans trabajadoras sexuales que sufrieron demoras arbitrarias en las cuales ninguna tuvo una causa judicial posterior. El 46 por ciento de las trabajadoras sexuales detenidas fue llevada a la comisaría mientras estaba en la calle por un lapso que va de las 12 a las 48 horas tras las rejas. Mientras que un 35 por ciento fue requisada por estar “parada en una esquina”. La mitad de las demoras fue por averiguación de antecedentes. El 60 por ciento de las mujeres o trans fue amenazada verbalmente por la policía o gendarmería al ser interrogadas, el 58 por ciento fueron increpadas con pedidos de coimas para no ser trasladadas o que se les labre un acta contravencional. En tanto, un 73 por ciento declaró haber sido tratadas con un lenguaje inapropiado y al 70 por ciento de ellas las trataron de putas de modo despectivo y discriminatorio. El 41 por ciento son migrantes y denuncian persecución y acoso con agresiones verbales, xenófobas y racistas por parte de la policía. Mientras que con las trans las requisas siempre son más violentas. En 2018 Ammar va a presentar un anteproyecto de ley con sus reclamos.