El Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) aprobó ayer la transferencia de licencias de Cablevisión a Telecom, tal como informó PáginaI12 el viernes. De este modo, el organismo regulador, dominado por el oficialismo, le dio luz verde, con algunas condiciones, al surgimiento de la mayor compañía de telecomunicaciones del país, valuada en unos 11.000 millones de dólares, con liderazgo en los segmentos de telefonía móvil, fija, televisión paga y banda ancha, aunque todavía resta que se expida la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), organismo dependiente del Poder Ejecutivo, que emitirá su dictamen recién en 2018. Hasta que ello no ocurra, Telecom y Cablevisión en lo formal seguirán siendo compañías separadas.
Telecom-Cablevisión concentrará cerca del 60 por ciento del mercado de banda ancha fija, un 40 por ciento de la televisión paga, un 40 por ciento de telefonía fija y un tercio de la telefonía móvil, pero además compartirá accionistas con el Grupo Clarín, el mayor proveedor de contenidos audiovisuales del país. Por lo tanto, tendrá una fortaleza inédita de cara al escenario de convergencia que se abre.
El Grupo Clarín no aparece formalmente como parte de la operación Telecom-Cablevisión porque en agosto del año pasado se dividió en dos firmas. Por un laso, quedó el Grupo Clarín, y por otro lado Cablevisión Holding que se dedica a televisión y telecomunicaciones. Esta última empresa es la que se fusionó con Telecom, aunque tiene los mismos accionistas del Grupo Clarín.
Desde el Gobierno dejaron trascender ayer que la aprobación de la fusión por parte de Enacom habilitará a Telecom-Cablevisión a brindar el servicio de cuádruple play de manera paquetizada, pero sólo en el Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), Córdoba, Rosario y Santa Fe, las cuatro localidades donde las telefónicas están habilitadas a partir de enero a ofertar televisión paga, según lo establece el decreto 1340/16. No obstante, al no haberse expedido la CNDC ni siquiera en esas cuatro ciudades podría hacerlo. Por lo tanto, lo más probable es que no haya demasiados cambios visibles hasta que la oficina antimonopolio se expida. En los hechos, obviamente, la situación es diferente pues ambas compañías ya comenzaron a operar como una sola en lo que refiere a la integración gerencial y las decisiones de inversión desde que sus directorios aprobaron fusionarse a fines de junio de este año.
Con la regulación actual, a Telecom y Cablevisión tampoco les conviene ser consideradas como fusionadas porque si así fuera Cablevisión no estaría habilitada para seguir ofreciendo televisión por fuera de AMBA, Córdoba, Rosario y Santa Fe ya que las telefónicas solo podrán hacerlo en esas cuatro ciudades y Cablevisión ya hubiese dejado de ser una cablera para pasar a formar parte de una telefónica. Igual esta restricción dejará de existir en breve, pues se espera que en los próximos días el presidente Mauricio Macri dicte un decreto de necesidad de urgencia que vuelva a modificar, una vez más, las reglas del sector.
Uno de los cambios que está en gateras es la posibilidad de que las telefónicas sean autorizadas a brindar televisión satelital. La medida favorecería a Telefónica y Claro para equilibrar la cancha ya que sino la única empresa que estaría en condiciones de brindar cuádruple play en el corto plazo sería Telecom-Cablevisión porque la red de las telefónicas es fundamentalmente de cobre y no resiste un paquete de señales audiovisuales. A su vez, es probable que la convergencia se extienda a nivel nacional, preservando las localidades de menos de 80 mil habitantes donde operan pymes y cooperativas, lo que también favorecería a Telecom-Cablevisión.
Fuentes de Enacom informaron ayer a PáginaI12 que entre las condiciones que le fijaron a Telecom-Cablevisión para aprobar la fusión figura la obligación de respetar el límite de 140 MHz de espectro por operador. Esto significa que la firma del Grupo Clarín debería desprenderse de unos 80 MHz. Sin embargo, el plazo que tiene para hacerlo es de dos años y se espera que durante ese período el límite vuelva a subir cuando anuncien la licitación de nuevo espectro. Por lo tanto, es probable que el Grupo Clarín finalmente nunca se vea obligado a devolver esos 80 MHz, aunque deberá esperar a que se suba el límite para poder usarlos.
El organismo regulador presidido por Miguel de Godoy también dejó en claro ayer, en un acta aprobada por unanimidad, que en las zonas donde las empresas fusionadas tengan “una posición significativa de mercado”, como ocurrirá en Córdoba, se obligará a la nueva firma a compartir su infraestructura en el segmento mayorista y se le exigirá que el precio final de sus servicios no supere el vigente en la Ciudad de Buenos Aires, donde sí tiene mayor competencia.