Consumada ya la derrota en el Superclásico por el torneo doméstico, River intenta no perder tiempo en lamentos y ya piensa en lo que será en Córdoba la final de la Copa Argentina ante Central. El plantel entrenó a puertas cerradas en el Monumental a las órdenes del entrenador Marcelo Gallardo y Leonardo Ponzio, con un esguince de rodilla, es la principal duda para conformar el equipo titular. Y si bien Lucas Alario, Gonzalo Martínez y Sebastián Driussi finalizaron el partido ante Boca con sobrecargas musculares, estarían a disposición del DT. Una procesión de hinchas de River esperaba ayer en la Docta para hacerse de entradas y acceder este jueves al estadio Mario Alberto Kempes.
El conjunto de Núñez se jugará todo a suerte y verdad frente al equipo conducido por Eduardo Coudet, un ex jugador de la casa y también con ganas de llevarse a Rosario la corona del torneo federal, que además entrega lo más preciado: un cupo para la Copa Libertadores 2017.
De cara a la final, Ponzio asoma como principal duda, ya que tiene un esguince leve en su rodilla derecha, por lo que se entrenó de manera diferenciada. En caso de que el volante no llegase en condiciones, Joaquín Arzura, Iván Rossi o Nicolás Domingo ocuparían su lugar. Aunque la idea sería repetir el equipo que cayó 4-2 ante Boca para enfrentar a Central, por lo que, de no mediar inconvenientes por las citadas lesiones, River formaría con Batalla; Moreira, Maidana, Mina, Olivera; Fernández, Ponzio, Martínez, D’Alessandro; Driussi, Alario.
El plantel entrenó en Núñez dividido en dos grupos. Los titulares que jugaron el Superclásico realizaron trabajos regenerativos, en tanto el resto hizo ejercicios de resistencia aeróbica, ejercicios técnicos y de definición. “Hay que trabajar en lo anímico y mental”, había insistido el técnico millonario en plena conferencia de prensa tras la dolorosa derrota del domingo ante el rival histórico.
El plantel entrenará otra vez a puertas cerradas en el predio que el club tiene en Ezeiza y mañana viajará a Córdoba a la espera del partido ante los rosarinos, que será arbitrado por Patricio Loustau. En un clima no demasiado festivo, pero con la ilusión de terminar el año con una sonrisa, la parcialidad riverplatense formaba hileras de casi un kilómetro para comprar localidades en el Predio Ferial, dado que por problemas en el servicio de Internet muchos aficionados no conseguían tickets.