Más allá del salmón

Triste moda que parece no haber encontrado aún su techo, el sushi aburre en la ciudad con repetida omnipresencia de queso crema y salmón rosado. Con una enorme riqueza ictícola en la plataforma continental argentina, siguen siendo pocos los lugares que se toman el tiempo y el trabajo de utilizar la variedad de pescados que ofrece la costa local. Pero ahí aparecen excepciones, lugares como Nare, un pequeño y nuevo bar dedicado al sushi en el Bajo Belgrano, que llega para demostrar que la diversidad es tan posible como deseable. 

Unas pocas mesas y algunas banquetas sobre la barra (el lugar ideal para una o dos personas), sobre la que luce la impoluta heladera con los pescados elegidos (la selección cambia diariamente), ya limpios y listos para el servicio. Para darse una idea de la variedad con la que trabaja Nare, un día cualquiera puede haber trilla, besugo (el lomo y la panza), sargo, callos de vieyra, caballa marinada, calamar, pulpitos, atún, langostinos e, incluso, carne wagyu.

Una buena idea es pedir el menú Omakase ($420 por persona) que incluye doce piezas por persona elegidas en el momento según el capricho del sushiman, aunque también se pueden pedir a la carta algunos rolls o una selección de nueve piezas de sashimi ($300) de tres pescados diferentes. En todos los casos, se trata de un producto bien distinto al sushi asalmonado que se ve en otros lados, con un notable cuidado por la frescura y un trabajo minucioso sobre la materia prima que lo ubica muy por encima del promedio. El punto del arroz, no obstante, merece algunos pequeños ajustes que sin duda con el tiempo se irán logrando.

Con menos de dos meses de vida, la carta de vinos está en desarrollo, todavía con pocas opciones. Pero vale la pena pedir por ejemplo una de las dos cervezas elaboradas en conjunto por Antares y el bartender Tato Giovannoni, especialmente la Atlántica Marítima, con una muy leve nota salada.

Apertura reciente que promete y cumple, Nare es un lugar que los amantes del pescado crudo no deben pasar por alto.

Nare queda en Echeverría 1524. Teléfono: 4783-4165. 
Horario de atención: martes a sábados, de 19.30 a 23.30.

 


Pájaro de ébano

 Si bien sobran cafeterías en todos los barrios porteños, todavía son pocas las propuestas que elaboran esta infusión con cuidado y conocimiento. Una de las mejores novedades es Cuervo, con tan sólo seis meses de vida. Un espacio amigable, con una preciosa La Marzzoco (reconocida marca italiana de máquinas para espresso) ubicada a la vista, sobre una amplia barra de madera. Por detrás, brilla una enorme estantería con parafernalia ad hoc y máquinas varias. 

Para su caballito de batalla, el espresso, Cuervo utiliza una mezcla de granos colombianos (Guanes y Excelso) que le tuestan a pedido, mientras que para los filtrados la casa va rotando de materia prima según lo que encuentren fresco y de su gusto en el mercado.

El espresso ($45 simple, $50 doble) sale precioso, directo para foto de Instagram, con la crema bien marcada, buena temperatura y acidez justa, en una coqueta tacita de doble vidrio. Perfecto el Flat White, que se puede pedir con leche de almendras ($78, vale la pena probarlo). También sirven cafés filtrados en métodos como la tan de moda Chemex ($75/120) y algunos cafés fríos, refrescantes para beber en la vereda si es que el sol del verano no castiga demasiado.

Queda claro que en Cuervo el café es protagonista, pero por suerte el lugar no descuida los acompañantes, con varias opciones comestibles incluso para veganos y celíacos. La pastelería ($40 a $80 la porción/unidad) acompaña con honores: rica tarta de nueces pecan, budín de remolacha, galletas de algarroba o budín de banana, entre otros. Recomendado el Bronzo, un bizcocho preparado a base de harina de almendras, chocolate al 80%, cáscara de naranja y nueces, que es imbatible junto a un espresso doble. Hay también un par de opciones saladas; una bruschetta con palta, tomates confitados y rúcula ($85) y un sándwich de queso ahumado, pavita y tomates secos ($120).

Pastelería sin artificios de calidad y cafetería de alto nivel, una combinación que nunca defrauda. Eso es Cuervo Café.

Cuervo Café queda en El Salvador 4580. 
Teléfono; 4149-7509. Horarios de atención: martes a domingo de 9 a 20.

 

 


De tapas en Boedo

Barrio Húmedo es una de las zonas del casco antiguo de la ciudad de León, en España, un lugar famoso por sus tapas. De allí toma el nombre este reducto de apertura reciente en Boedo, sobre la calle Maza. Un local de buen tamaño presidido por un enorme mural que representa el barrio en cuestión, sumando una linda barra con taburetes, perfecta para apurar una o dos tapas junto al vino de la casa ($65 la copa/$165 la botella, de Bodega Martins) o tomar un Gin&Tonic por tan sólo $95, una ganga entre los precios habituales porteños.

Apenas uno se siente y se ordena la bebida, aparecerá un pequeño bocado de cortesía, desde unas papas con alioli a unos callos a la madrileña. La carta propone comenzar por ejemplo con una tabla de embutidos importados ($430) o una selección de tapas varias (albóndigas, alitas picantes, gambas gabardina, croquetas de jamón, patatas alioli y setas al ajillo, $395). O ir directo por las raciones, porciones de tamaño medio, ideales para pedir varias y compartir. Muy buena la tortilla de papas ($115, con o sin chorizo), que llega en el punto pedido. Las croquetas ($140) son realmente sabrosas, preparadas con una bechamel de punto óptimo y una fritura profunda en aceite bien caliente, tal y como mandan los libros. Sabrosas también las alitas de pollo, crujientes y picantes. Si la idea es darse un gusto, y el bolsillo lo permite, un lujo es el pulpo a la gallega ($750), servido con aceite de oliva y verdadero pimentón de la Vera. La oferta sigue con gambas al ajillo, albóndigas, raxo de cerdo, pulpo, mejillones, rabas. Todo servido en su punto, recién hecho y con muy buen sabor. Acorde a los tiempos birreros que corren, se ofrecen ocho variedades de cerveza tirada ($70/90) y algunas por botella. La carta de vino es acotada, aunque bien elegida, con precios apenas por encima a los de una vinoteca. .

En una zona donde no resulta sencillo comer bien, Barrio Húmedo propone auténtica comida del país hispánico con insumos de calidad, a un precio amigable. Una buena noticia para la tantas veces bastardeada comida española en la ciudad.

Barrio Húmedo queda en Maza 846. Teléfono: 4931-1763.
Horario de atención: martes a domingos, de 18 al cierre.