La confirmación de una denuncia contra su pareja, la voz de su hija en Cámara Gesell y el trayecto de la bala que le atravesó el cráneo, son datos que analiza la Fiscalía de Homicidios para esclarecer la muerte de Violeta Abregú. En principio, la causa se dio a conocer como un suicidio, pero la familia de la chica de 20 años señaló que en la vivienda estaba con su pareja, a quien había denunciado tres meses antes por violencia machista. Jonathan S. estaba en prisión domiciliaria por un hecho de robo. Hace una semana, le dieron prisión efectiva por ese hecho, mientras se investiga si él tuvo responsabilidad en la muerte de la chica. Esta semana, familiares, organizaciones feministas y murgas de la ciudad, hicieron intervenciones y marcharon por Justicia para Violeta.

A principios de este mes, Granadero Baigorria se conmovió con la muerte de la joven madre, que tenía una nena de 3 años con un muchacho que estaba en prisión domiciliaria por robo, en la misma casa que compartían. El hecho despertó una movilización popular por el reclamo de justicia, que días atrás se tradujo en una movida en la puerta de Tribunales, ante la "falta de respuestas" que denunció la familia.

En tanto, desde el Ministerio Público de la Acusación se indicó que quien era la pareja de la víctima está en prisión efectiva desde la semana pasada, cuando así lo solicitó el fiscal Aquiles Balbi, que tiene en investigación el hecho de robo.

Sin embargo, no hay acusación por el femicidio. Las dudas de la familia radican en varias cuestiones, pero una es contundente: la bala ingresó desde atrás de la oreja derecha. "Una persona que se quiere suicidar se dispara en la boca o en la sien", advirtieron.

Los reclamos de justicia estuvieron al encabezados por una decena de murgas convocadas en solidaridad con la familia de la víctima, que los acompañó tanto en el ingreso a Tribunales, junto a otras organizaciones; como en la marcha que el jueves partió de la plaza San Martín y llegó a la plaza 25 de Mayo, para participar de la ronda de las madres.

Para la familia, cuando la causa pasó a Homicidios Dolosos ‑antes estuvo en Culposo, porque fue denunciado como suicidio por el padre de la pareja de Violeta‑ se estancó: "No nos dicen más nada de lo que pasó", se quejaron tras varias medidas que aún no tienen resultado. Incluso, la nena de Violeta fue sometida a una cámara Gesell, pero no les dijeron qué había dicho la nena.

Violeta vivía con su hijita y su pareja, Jonathan S., de 23 años, en una pieza ubicada detrás de la casa de sus suegros. "Desde que está con este muchacho no se puede decir mucho cómo era ella. Solo que amaba a su hija, que estaba con ella todo el tiempo", expresaron familiares y allegados. "Es difícil haberla tenido en brazos, de chica, y después verla en un cajón", sollozaron. También se habló de que la chica estaba amenazada por su pareja, quien llegó a decir que si ella lo dejaba, la pasaría mal. "Ella vivía con miedo", insistieron.

De hecho, en la unidad fiscal de Violencia de Género está registrada una denuncia del 18 de septiembre pasado, "sin lesiones constatadas y no volvió a instar la acción penal", se excusaron desde Fiscalía. Ahora, desde la unidad de Homicidios el fiscal Pablo Pinto solicitó una prueba de dermotest para establecer si la chica tenía pólvora en las manos, y una pericia para determinar la distancia desde donde se realizó el disparo, ya que "la mecánica no está clara".