• Milongas porteñas: se sucedieron las clausuras, lo que motivó la conformación del colectivo El tango no se clausura. La ley que promueve la actividad a través de subsidios y créditos tardó un año en ser reglamentada. 
  • En el Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, los trabajadores reunidos en asamblea se manifestaron en estado de asamblea permanente “por despido injustificado”. En Bahía Blanca, hay preocupación porque la Municipalidad dispuso una reducción mensual de las horas extra que afectó al área de Cultura y, por ende, a los museos. Los establecimientos permanecieron cerrados durante los fines de semana, hecho que tuvo una gran repercusión en redes y medios locales.
  • La Calle de los Títeres, aquel emblemático proyecto de cogobierno entre artistas, el Ejecutivo porteño y la Legislatura porteño, se pasó todo el año reclamando por la falta de pago, por parte del gobierno, del presupuesto correspondiente al período 2015, que nunca fue ejecutado pese a tener una partida designada y que generó un atraso profundo en los recursos con los que cuentan.
  • Otro conflicto se desató este año, aunque tendrá desarrollo en el 2018. Se trata del proyecto de Ley sobre Regulación de Proveedores de Servicios de Internet, presentado por los senadores Rafael Pinedo (Pro) y Liliana Fellner (Frente para la Victoria), que despertó malestar y la preocupación de algunos escritores, editores, músicos e instituciones. Establece que los proveedores de Internet no son responsables por los contenidos generados por terceros, excepto cuando hayan sido notificados por una orden judicial que los intime a alguna acción en concreto para eliminar un enlace específico publicado. En cambio, parte del sector solicita que se implemente lo que existe en Estados Unidos: el sistema de notificación y baja automática.
  • Una buena noticia del año fue la reapertura del Teatro San Martín, el teatro de texto más importante de la Ciudad, que estuvo cerrado un año y medio por reformas edilicias y antes de eso vaciado otros varios años por desidia y falta de voluntad política. De todos modos, lo cierto es que el complejo teatral que lo contiene todavía no puede funcionar a pleno porque aún está cerrado el Alvear, otro de los espacios que lo integran, cerrado hace casi 1250 días.
  • Hace menos de dos semanas, como metáfora del año que vivió la cultura, Pablo Avelluto, titular de la cartera nacional, anunció el despido de 64 trabajadores de distintas dependencias del ministerio, algo que además de la pérdida de puestos de trabajos agrava la situación de diversos programas. El jueves, a propósito de esta noticia, hubo un fuerte ruidazo en el hall del ministerio. Al cierre de esta edición no había noticias de que el ministro hubiera vuelto atrás con esas cesantías.