El desplazado jefe de la División Automotores de la Policía Federal Argentina (PFA) Miguel Angel Muñoz, quien había sido detenido el 14 de diciembre, fue procesado con prisión preventiva en la causa en la que se investiga si desde esa repartición se malversaban fondos utilizando una empresa fantasma, entre otros delitos.

La medida dispuesta por el juez federal Marcelo Martínez Di Giorgi recayó sobre el comisario Muñoz, a quien se halló responsable de “defraudación a la administración pública y lavado de activos” y se le trabó un embargo de 10 millones de pesos. También fueron procesados y seguirán presos el cabo Gustavo Luis Sinchicay y el auxiliar Javier Andrés Provini, ambos de la misma división, y el apoderado de la empresa fantasma, a quienes se les embargaron 2,5 millones de pesos.

Además, el juez dispuso el procesamiento, pero sin prisión preventiva, de una escribana y de otros dos imputados, entre ellos un contador, acusados de conformar la sociedad y cobrar en un banco los fondos malversados. A los dos últimos se los embargó en cuatro millones y a la escribana en 2,5 millones.

La causa, en la que interviene el fiscal Carlos Stornelli, se inició a partir de una denuncia recibida en la Dirección de Investigaciones Internas del Ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Carlos Manfroni, que inició las actuaciones y una vez obtenidas las pruebas sobre los hechos dio aviso a la Justicia Federal.

Una fuente judicial explicó que la maniobra que se detectó es que Muñoz pasaba presupuestos de reparación de autos de la división a su cargo que figuraban a nombre de la empresa Tamales SRL, que sería una firma fantasma.

Sin embargo, sus superiores determinaron que los vehículos no eran reparados en ninguna firma externa sino por los mismos mecánicos de la repartición, lo que implicó una malversación de fondos en perjuicio de la Policía Federal.

Los investigadores establecieron que la empresa Tamales facturó 30 millones de pesos por mes y estaba a nombre de una persona de bajos recursos con domicilio en la zona oeste del conurbano. Posteriormente, establecieron que el trámite de constitución de la empresa lo había hecho un contador que ya había estado vinculado con este tipo de maniobras. Paralelamente, se estableció que Muñoz hizo una importante inversión cuando este año abrió una cervecería muy moderna en el barrio porteño de Villa Urquiza, a la que llamó “V8, Taller Cervecero”, sobre la avenida Congreso al 5700.

Los investigadores tratan de determinar si los fondos malversados también se utilizaron para montar el local y por eso los sospechosos también son investigados por lavado de activos.