El ex presidente paraguayo Fernando Lugo responsabilizó a los “poderes fácticos” por la imposibilidad de volver a postularse a la jefatura de Estado, defendió el acuerdo del Frente Guasú (FG) que encabeza con el Partido Liberal Radical, que en el 2012 respaldó su destitución, y juzgó que únicamente “una alianza amplia” puede derrotar al “neoliberalismo autoritario” que representa el gobernante Partido Colorado.
“Sin una amplia alianza con todas las fuerzas democráticas, no tenemos chances de triunfar. Es cierto que el PLRA –en su mayoría; tampoco fueron todos– apoyó el golpe de Estado parlamentario, pero también es cierto que nuestro gobierno, del 2008 al 2012, fue el mejor gobierno en los últimos 25 años y eso es reconocido por toda la población”, remarcó Lugo.
Titular del Congreso y candidato a otro mandato como senador para 2018, Lugo subrayó que “la gente quiere que vuelva el buen gobierno”, consideró que “todos aprendieron de la traumática experiencia” del 2012 e insistió en que “el enemigo mayor es el neoliberalismo autoritario, representando por Horacio Cartes y la cúpula del Partido Colorado”. Para el ex mandatario, “el pasado es importante, pero mucho más importante es el presente, que exige un cambio, y también el futuro, que no se puede hipotecar por las diferencias que tuvimos en el pasado”.
El FG que lidera Lugo irá junto al PLRA a las elecciones, y puso al conductor Leonardo Rubín como candidato a la vicepresidencia, aún antes que los liberales definieran en internas la cabeza de la fórmula, que será el titular partidario Efraín Alegre. Lugo se hubiera favorecido con la enmienda constitucional que promovió este año parte del coloradismo, finalmente frustrada, porque la Constitución paraguaya veta cualquier chance de reelección, aunque el ex obispo atribuye que no será candidato a una maniobra del oficialismo.
“El Partido Colorado pidió mi impugnación en noviembre de 2016, supuestamente porque estaba haciendo una campaña engañosa, basado en una interpretación de la Constitución que muchos no compartimos. El Tribunal Superior de Justicia Electoral, en forma extemporánea y sin atribuciones para interpretar la Constitución, le dio la razón y me inhabilitó”, relató.
–¿Cuáles considera que son las chances de triunfar en abril?
–En una amplia alianza electoral, como la que se está concretando con el PLRA y otras fuerzas democráticas, tenemos buenas chances, aunque no será nada fácil. Vamos a tener éxito si llegamos a los jóvenes y a toda la ciudadanía que quiere un cambio profundo, dentro del cual la participación y la inclusión social sean elementos fundamentales; en la que la agenda de derechos a la educación y a la salud sea eje de gobierno, igual que la soberanía hidroeléctrica y la equidad tributaria. Sin alianza amplia sería imposible ganar la presidencia.
–¿En qué se basó la elección del periodista Rubín como candidato a la vicepresidencia por el Frente Guasú?
–Analizamos varias posibilidades. Rubín es un comunicador social, ambientalista y defensor de causas indígenas y campesinas, comprometido con las causas populares desde hace muchos años. Criticó fuertemente el golpe de Estado parlamentario que se perpetró en contra mía, y defendió a los campesinos de los casos de Curuguaty y Guahory, lo mismo que a la agricultura familiar campesina. Defiende la equidad tributaria, que los latifundistas, productores de soja y agro exportadores paguen más impuestos. Sin estar afiliado al FG, comparte plenamente los ideales que sostenemos. Y aceptó el desafío de representar a todos los sectores progresistas del Paraguay.
–¿Qué tipo de programa va a levantar la fórmula compartida?
–Uno democrático y con sensibilidad social. Que el campesino tenga una efectiva respuesta a sus necesidades insatisfechas, porque lo están llevando al borde de la extinción. Que la educación y la salud sean derechos humanos vigentes y no que el paraguayo tenga que ir al exterior para conseguir la educación y la salud que no le proporciona el Estado. Es decir, que el Estado vuelva a tener la sensibilidad social que demostró durante nuestro gobierno y que la soberanía -particularmente la hidroeléctrica, con Itaipú y Yacyretá- vuelva a ser el mayor valor, en un marco de integración latinoamericana.
–¿Qué opinión le merece el gobierno de Cartes y cuál será la discusión con los candidatos colorados?
–El gobierno de Cartes está hipotecando al país en forma irresponsable, privatizando las principales rutas que, así, serán vías de extracción de riqueza del país. Ha evitado que los más privilegiados del país paguen impuestos, con lo cual el desempleo y la pobreza se han extendido. Es un modelo neoliberal agotado y fracasado que, justamente, es urgente cambiar.
–¿Si gana la alianza, cómo llegará al final del mandato?
–Creo que aprendimos mucho. Tenemos que generar confianza mutua dentro de la alianza que estamos construyendo y, sobre todo, con la ciudadanía, que nos tiene que ver como sus mejores representantes. Si los cambios favorecen a la mayoría del pueblo, difícilmente se pueda volver a desestabilizar a un gobierno democrático, y hacia allí apuntamos.
–¿Qué mirada tiene del cambio de signo en gobiernos de la región, del nuevo contexto?
–La ciudadanía se empoderó de sus derechos y ello crea condiciones para que vuelvan renovadas las fuerzas progresistas en nuestros países. En la región, ya no hay más espacio para agendas neoliberales y la alianza que hemos creado ahora en el Paraguay demuestra que, quizás después de un período de reflexión, la ciudadanía busca respuestas de los sectores más comprometidos con el progreso socio-económico.