PáginaI12 En Perú
Desde Lima
El presidente Pedro Pablo Kuczynski canjeó su permanencia en el cargo por la libertad del ex dictador Alberto Fujimori, que estaba condenado a 25 años por crímenes de lesa humanidad y corrupción. Un alto precio que lo ha hundido en una nueva crisis apenas tres días después de que el pedido para destituirlo fue derrotado en el Congreso gracias a diez votos de un sector del fujimorismo. El indulto es el pago bajo la mesa por esos votos. El infame pacto de impunidad se concretó en la víspera de Navidad. Cerca de las siete de la noche del domingo 24, el gobierno anunció, vía un comunicado,la liberación de Fujimori. Las protestas estallaron inmediatamente.
Del lado del fujimorismo, esta negociación oculta estuvo a cargo de Kenji Fujimori, el hijo menor del ex dictador, pero con el padre moviendo los hilos desde su prisión VIP. Kenji encabeza un sector del fujimorismo distanciado de su hermana Keiko, ex candidata presidencial y jefa del partido, que promovió hasta el final el pedido de destitución de PPK, como se le conoce a Kuczynski. A la hora de la votación en el Congreso,Kenji le quitó a su bancada diez de los 71 votos que debían respaldarla y Kuczynski se salvó por ocho votos. El pago del favor llegó rápido.
Está por verse cómo se mueve el liderazgo en el fujimorismo y la disputa entre los hermanos Keiko y Kenji con la liberación del jefe del clan. Es una opinión extendida que Kenji está más cerca del padre y que Keiko temía que la liberación de su padre pueda debilitar su liderazgo en el fujimorismo.
El sábado, sorpresivamente, Fujimori fue traslado a una clínica. El operativo final del indulto se ponía en marcha. Un video grabado por sus allegados muestra a Fujimori en la cama de la clínica, al lado de su hijo Kenji, leyendo ambos en un celular el comunicado del gobierno que anunció el indulto. El médico personal de Fujimori, y miembro de su partido, había asegurado que éste estaba en cuidados intensivos, muy mal de salud por una taquicardia, pero en las imágenes del video se le ve con buen semblante, distendido, festejando con su hijo la noticia de su indulto.
El indulto se dio en la noche de Navidad, pero el rechazo fue tal que esa misma noche las protestas llegaron a las calles. Ayer,miles se movilizaron para rechazar el indulto. Indignados gritos de “PPK traidor”, “el indulto es un insulto”, “ni olvido, ni perdón”, “Fujimori nunca más” tomaron las calles del centro de la capital y otras ciudades. Hubo algunos choques de manifestantes con la policía.
“Me siento traicionada por un presidente que prometió que no iba a indultar a Fujimori. Hoy, en un día de paz, de fraternidad, liberan al asesino. Estaremos en las calles contra este indulto e iremos a las instancias internacionales para que se respete la verdad y la justicia”, dice Carolina Oyague, hermana de Dora, estudiante de la Universidad La Cantuta secuestrada y asesinada por el gobierno de Fujimori. En la campaña electoral, PPK se reunió con los familiares de las víctimas y les aseguró que no indultaría a Fujimori.
Los sectores políticos y sociales que apoyaron a Kuczynski en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2016 para evitar el retorno al poder del fujimorismo y que lo sostuvieron ante el intento fujimorista de destituirlo y así acumular más poder, ahora están movilizados en contra del gobierno.
Pero los problemas de Kuczynski después del indulto también están en su frente interno. Hasta ahora tres congresistas del oficialismo han renunciado por su oposición al indulto, lo que debilita significativamente una precaria bancada parlamentaria oficialista que tenía solamente dieciocho curules en un Congreso unicameral de 130 bancas. Y también se habla de renuncias en el gabinete ministerial. Serios problemas para un presidente que ya venía bastante debilitado y que ahora queda más aislado.
Del lado fujimorista, festejan el indulto y sus dirigentes piden que sea aceptado en nombre de la reconciliación, esa coartada usada por los violadores de los derechos humanos y sus defensores para promover la impunidad. Algunas decenas de fujimoristas festejaban el indulto en la clínica donde está internado Fujimori, en la que, según su médico, permanecerá unos días más.
El indulto a Fujimori se tramitó con una velocidad inusual, en solamente unos días. El indulto humanitario está sustentado en el informe de una junta médica que reconoce que el ex dictador no tiene una enfermedad grave ni terminal, pero igual recomienda el indulto humanitario alegando que las condiciones carcelarias –que en el caso de Fujimori son bastante benignas y con comodidades que no tiene ningún otro preso- afectan su salud–. Este informe ha sido cuestionado porque uno de los tres doctores que integran esta junta, Juan Postigo,es médico de Fujimori desde hace 20 años y en 2012 ya se había pronunciado a favor de su libertad. El reconocido médico peruano, Elmer Huerta, señaló que no existen razones médicas que justifiquen un indulto humanitario.
Organismos de derechos humanos anunciaron que apelarán el indulto ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos,que señala que los condenados por delitos de lesa humanidad, como es el caso de Fujimori, no pueden recibir este beneficio. Señalan que el indulto no es por razones humanitarias, sino consecuencia de un pacto político.
En junio de 2013, el entonces presidente Ollanta Humala le negó el indulto a Fujimori porque el informe médico señaló que no se justificaba esa medida. En julio de 2016, Fujimori lo volvió a solicitar y Kuzcynski aseguró enfático: “yo no voy a firmar un indulto”. El domingo de Navidad incumplió su promesa.