Japón comenzó ayer el operativo de descontaminación de la ciudad de Futaba, uno de los dos municipios que albergan la central de Fukushima, para que pueda ser habitada de nuevo en 2022, cuando se cumplan 11 años de la catástrofe nuclear. Los trabajos empezaron en las zonas contaminadas, tras el accidente nuclear desencadenado por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011, que obligó a evacuar la ciudad, informaron las autoridades locales. El plan de descontaminación contempla también el desarrollo de infraestructuras en la zona, pero será la empresa responsable de la central, Tokyo Electric Power, la encargada de costear la limpieza.