El déficit comercial marcó en noviembre un record de 1541 millones de dólares, frente al superávit de 124 millones del mismo mes del año pasado. “El mayor déficit comercial del año y de la historia”, definió la consultora Abeceb. El deterioro se produjo por una caída de las exportaciones del 4,9 por ciento frente a un avance de las importaciones del 30,2 por ciento. En once meses, el rojo comercial llega a los 7656 millones de dólares, informó ayer el Indec, que se cubre con endeudamiento externo e ingreso de capitales en búsqueda de la rentabilidad que generan las tasas de interés. El dato contrasta con el déficit de 1866 millones de dólares que el Gobierno había previsto en la Ley de Presupuesto Nacional que rigió este año. De todas maneras, con los precios internacionales vigentes en 2016 el rojo hubiera sido de 4777 millones de dólares. PáginaI12 consultó sobre este tema a economistas de distintas corrientes.
Una de los ejes discursivos de Cambiemos es la apertura de la economía para “volver al mundo”. Esa integración se concibe en un triple sentido: comercial, en materia de inversiones y financiera. Por ahora, sólo funcionó la emisión de deuda y el ingreso de capitales para la bicicleta financiera. En el terreno comercial, el déficit de 1878 millones de 2015 mejoró a un superávit de 1935 millones en 2016 (gracias a la crisis interna que deprimió importaciones) y este año se produjo un derrape hasta el rojo de 7656 millones en once meses. En materia de inversión extranjera, los 1338 millones netos que ingresaron en 2015 subieron a 2499 millones el año pasado y en once meses de 2017 están en 2089 millones. En tanto, la emisión de deuda por parte del Tesoro roza en sólo dos años los 70 mil millones de dólares.
En noviembre, las exportaciones bajaron 4,9 por ciento afectadas por las manufacturas de origen agropecuario (-16,8) y productos primarios (-1,0), mientras que subió la venta de manufacturas de origen industrial (4,4) y combustibles (20,6). A nivel de productos, se destaca la caída en las ventas de harina y pellets de soja (-164 millones), aceite de soja (-137), azúcar de caña en bruto (-27 millones) y cebada cervecera (-24).
“Se consolida un escenario de casi estancamiento de las exportaciones en lo que va del año”, advierte Abeceb. Varios factores inciden en ese resultado. En primer lugar, un fuerte incentivo de parte de los grandes pooles de siembra y de las cerealeras a retener la cosecha a la espera de mayor rentabilidad –en el contexto de atraso cambiario– y alentados por el esquema de baja progresiva de las retenciones a la soja durante 2018.
El informe del Indec muestra en once meses una baja del 7,6 por ciento en las ventas externas de harina y pellets de soja, del 1,6 por ciento en los cereales y del 18,7 por ciento en porotos de soja, los principales productos de exportación. “El calendario de ventas viene demorado por varios factores. A raíz de las inundaciones se retrasaron las ventas y eso se combinó con ofertas de financiamiento muy interesantes, tanto en pesos como en dólares. Esto implica que en vez de vender tu soja o maíz o trigo para pagar gastos corrientes, se afronta el día a día con financiamiento a corto plazo. El productor retiene su grano no tanto porque tenga la expectativa de una suba del dólar sino porque está desde mediados de año a la espera de que mejoren los precios internacionales”, explicó a este diario Federico Bert, director de Investigación y Desarrollo de CREA.
Las exportaciones industriales avanzaron 4,4 por ciento en noviembre, aunque medidas en cantidades mostraron un retroceso del 1,3 por ciento. En el mes jugó en contra la baja de las ventas de autos y de productos químicos. En once meses hay una suba de las exportaciones industriales del 11,7 por ciento por colocaciones de autos y utilitarios. El total de ventas al exterior, en conclusión, es de apenas 1,2 por ciento en lo que va del año.
Las importaciones subieron un 30,2 por ciento en noviembre frente al mismo período del año pasado y acumulan en once meses un alza del 19,9 por ciento. Los siete usos contemplados –bienes de capital, bienes intermedios, combustibles y lubricantes, piezas para bienes de capital, bienes de consumo y autos– registraron incrementos significativos en el mes. Se destacó el incremento de las compras de partes de motores, generadores y grupos electrógenos, autos, partes de celulares y gasoil.
En cuanto a las importaciones de bienes de finales el economista del CEPA Juan Lucero indica que “hay mucha importación de bienes industriales, lo cual coincide con la destrucción de empleo industrial. Es el ejemplo de los textiles, en donde sube la importación de ropa y baja el ingreso de insumos. En autos, suben los importaciones de terminados y el ingreso de autopartes está estable”. Abeceb agrega que “mientras que las importaciones volvieron a los niveles record de 2011, las exportaciones siguen 30 por ciento por debajo de los valores de dicho año”.