En medio de las versiones sobre la supuesta interferencia del Kremlin en las elecciones de Estados Unidos, el presidente electo Donald Trump anunció que su secretario de Estado será el director gerente de la gigante ExxonMobil, Rex Tillerson, uno de los hombres más influyentes del mercado del petróleo y con mayores contactos en las empresas rusas de ese sector. Su nombramiento, no obstante, depende de la confirmación del Senado norteamericano.
Durante el anuncio hecho esta mañana, Trump calificó al CEO petrolero como “la encarnación del sueño norteamericano” y aseguró que con él al frente de la diplomacia de la Casa Blanca “los estadounidenses tendrán un líder de clase mundial trabajando por ellos”. El presidente electo confirmó la designación a través de su cuenta de Twitter.
Tillerson es un ingeniero texano de 64 años que ingresó a ExxonMobil en 1975 y quedó al frente de ella en 2006. Su carrera en la petrolera incluyó la administración de las operaciones de esa compañía en Rusia y el mar Caspio, y también participó del consorcio Sajalín I, que realizaba explotación offshore en la isla homónima en Rusia.
Sin embargo, el hecho de que su nombramiento se haya conocido luego de la supuesta interferencia de Rusia en las elecciones que le dieron el triunfo al republicano Trump por sobre la demócrata Hillary Clinton, podría complicar la aprobación del pliego de Tillerson.
Hace días, la administración de Barack Obama apoyó una investigación que trata de determinar si hubo una intromisión de hackers rusos para apoyar a Trump. Según la investigación impulsada por senadores demócratas y republicanos, los ciberataques habrían sido impulsados por el gobierno de Vladimir Putin. El presidente ruso conoce a Tillerson de su paso por Rusia y los negocios que tejió allí para ExxonMobil.
Trump rechazó las versiones y, en medio de esa maraña, sostuvo que su candidato a secretario de Estado es "uno de los más exitosos líderes empresariales y negociadores en todo el mundo". Además, dijo, "sabe cómo administrar una organización global y como navegar exitosamente la compleja arquitectura de los negocios mundiales y los diversos líderes extranjeros".
Según dijo, la misión que le propuso a Tillerson tiene como prioridad la defensa "de los intereses estadounidenses" y ayudar a "revertir años de política externa equivocada que debilitaron la seguridad y la posición” de su país en el contexto internacional.