En un 2017 cargado de grandes estrenos en cine y series, dos que se destacaron –It, la remake de la película del payaso, y la muy esperada segunda temporada de Stranger Things– tal vez lo hayan hecho por sus coincidencias. No solo la presencia de Finn Wolfhard, quien protagonizó a Mike en la serie y a Richie en la película. Sino porque tanto la tira que tuvo a Eleven en sus filas como el largometraje del diabólico Pennywise remitieron al efectivo y nostálgico revival de la tira juvenil y, además, se situaron en los gloriosos años ‘80.
Así como en la música, la moda y tantos ámbitos, el revival tiene ese no sé qué que despierta fibras sensibles en el espectador y lo transporta hacia lugares seguros con grandes posibilidades de éxito. Y la intriga, el misterio, el pseudoterror y la aventura juvenil siempre lucen como un plan tentador.
It, miniserie basada en el libro de Stephen King y luego convertida en película, tuvo al terrorífico Pennywise interpretado por Tim Curry y en su momento fue un hitazo, aunque los rudimentarios efectos visuales espantarían a cualquier cinéfilo de hoy. Si bien el guión y la trama no difieren demasiado de esos originales, en la nueva, dirigida por el argentino Andy Muschietti y con el joven actor y modelo sueco Bill Skarsgård como el payaso, hay un Club de los Perdedores renovado con grandes actuaciones, una experiencia visual y sonora superior y disfrute general.
En cuanto a Stranger Things, el Demogorgon quedó atrás y el quinteto enfrentó a una fuerza mucho mayor proveniente del Upside Down. La serie intentó recrear la fórmula del éxito de su primera temporada pero sumando, a la vez, nuevos personajes que no funcionaron: Max y su hermano metalero no terminan de tener un papel central en la historia y los familiares de Eleven aún no agregan demasiado. Posiblemente haya sido Sean Austin (Bob en la serie) quien destacó, aunque también es lógico porque cuenta con el crédito de haber interpretado a Samsagaz Gamyi, héroe hobbit de El Señor de los Anillos. Pese a esto, la serie cumplió con creces ante el hype previo, debido a su sólida historia y sus personajes, sobre todo el de Noah Schnapp (Will), que después de una temporada en el Upside Down, en ésta la rompió toda.
Es interesante preguntarse si este efecto retro generalizado seguirá funcionando cuando se sumen nuevas producciones. O, en criollo, ¿cuánto más van a robar con el revival?