¿Qué pasó entre Lo echaron del bar y ese Estadio Malvinas Argentinas lleno de principios de diciembre? La consumación de una nueva victoria para la historia del rock independiente argentino. Desde aquel hit under que a principios de esta década obligaba a Maxi Prietto a empezar a tomar en serio un nuevo proyecto colectivo –en tiempos en que Prietto viaja al cosmos con Mariano se encontraba reposando sobre arenas movedizas–, hasta este año que termina, donde trascendieron las barreras del under con una rutina de shows agotados en el país y giras internacionales, Los Espíritus lograron dar con una personal forma de conectar con su época, sintetizando la tradición del blues argentino, el indie-rock de la década pasada y el instinto rítmico latinoamericano. Todo matizado por un vaho tercermundista, con historias que registran escenas de los bordes más incómodos de la sociedad moderna de forma genérica, capaces de interpelar de igual modo en Buenos Aires o Bogotá, en Guadalajara o en Quito.

Agua ardiente, el tercer disco de Los Espíritus, editado en mayo, reforzó el rumbo estético y conceptual de la banda a través de la cada vez más equilibrada dupla compositiva entre Prietto y Santiago Moraes. El álbum quizás no supere el nivel compositivo de Gratitud, su primer gran disco, de 2015, pero sí su estándar técnico, grabado por primera vez con los métodos y términos clásicos de producción y registro. Al mismo tiempo, significa uno de los discos del indie argentino del año que mejor supo representar el espíritu opresivo de la crisis macrista, algo que esta temporada se literalizó en sus shows con pedidos por Maldonado o el repudio hacia la Gendarmería.

Así, 2017 va a ser recordado como el año del despegue de Los Espíritus: tuvieron una nueva gira por México y Colombia, debutaron en Europa y su convirtieron en una banda de microestadios, –incluso antes que El mató a un policía motorizado– con su arribo al Polideportivo de Gimnasia y Esgrima La Plata y el Malvinas Argentinas. Todas proezas que consolidan al grupo como un nuevo referente y voz de la independencia en tiempos de oscuridad. “En algún punto, hacer canciones o cualquier otra expresión artística es como dar testimonio”, le decía Prietto este año al NO, en aquel encuentro de tapa junto a Santiago Motorizado. “Así que está bueno expresar y contribuir con las impresiones que uno tiene de este planeta extraño.”