El boxeo argentino cerró con saldo neutro su ejercicio internacional de 2017. Hubo apenas dos peleas por títulos del mundo y tres eliminatorias directas. Y en esos cinco combates importantes, se registraron tres triunfos y dos derrotas: Brian Castaño retuvo su corona de los superwelters de la Asociación y Omar Narváez y Juan Carlos Reveco ganaron el derecho de combatir en 2018 por sendos campeonatos mundiales. Pero como contrapartida, en el estadio de Wembley en Londres, Jonathan Barros no pudo conseguir el título de los plumas de la Federación ante el galés Lee Selby, y en el Madison de Nueva York, Sebastián Heiland sufrió un feo traspié por nocaut técnico en cuatro vueltas ante Jermall Charlo, en una semifinal por la diadema de los medianos del Consejo.
O sea que todo ha quedado más o menos en el mismo lugar que hace un año atrás: Castaño sigue siendo el abanderado pugilístico nacional y el único campeón mundial vigente, y por detrás de él se asoman los mismos de siempre: Narváez, Reveco y Lucas Matthysse quien, luego de vencer por nocaut técnico en cinco vueltas a Emanuel Taylor en mayo, peleará el 27 de enero próximo en el Forum de Inglewood (California) ante el tailandés Tewa Kiram por el título vacante de los welters de la AMB.
Después, lo nuevo tarda en aparecer. Y habrá que esperar no menos de dos años para que maduren (o no) esos brotes verdes. A principios de noviembre, Fabián Maidana obtuvo un fallo beneficioso y le ganó por puntos en Medellín (Colombia) al venezolano Johan Pérez. Pero demostró que todavía le falta roce internacional a su promisoria campaña de 13 triunfos consecutivos (10 antes del límite). Y el pegador catamarqueño César Miguel Barrionuevo salió fortalecido luego de haber noqueado en seis vueltas a Adrian Verón, en la pelea acaso más importante del año a nivel interno. Pero todavía parece alejado de una chance por alguna versión de la corona de los welters que, sin embargo, podría conseguir por la muñeca y los contactos de su manager, el uruguayo Samson Lewkowicz.
Mucho más atrás vienen los olímpicos de Río 2016 (Alberto Melián, Alberto Palmetta, Fernando Martínez), quienes recién este año pudieron evadirse de las competencias profesionales de la AIBA, que tanto retrasaron y perjudicaron al boxeo argentino. Y algunos buenos prospectos como Junior Zárate (mosca), Neri Romero (liviano), Jeremías Ponce (superligero), Luis Verón y Alan Castaño (superwelter), que se asoman por encima de la discreta competencia local. Pero que habrá que seguir llevando de a poco. Sin cifrar expectativas exageradas para el futuro inmediato.
Será intenso el arranque boxístico de 2018. Y es posible que lo que suceda entre fines de enero y principios de marzo deje armado el escenario para todo el año. Quedó dicho que Matthysse irá por el título welter AMB el 27 de enero en California. Y ya está confirmado que el 10 de febrero en Londres, el inagotable Omar Narváez, a sus 42 años, tratará de hacer aún más historia: si derrota al sudafricano Zolani Tete y logra el campeonato de los gallos de la OMB, será el primer boxeador argentino que haya logrado ser campeón mundial en tres categorías diferentes.
En el primer fin de semana de marzo, Brian Castaño defenderá por segunda vez su corona de los superwelters en París ante el local Cedric Vitu. Mientras, se espera confirmación de sede y fecha para la pelea de Juan Carlos Reveco ante el filipino Donnie Netes por el cetro de los moscas de la Federación. También se aguarda la reaparición de Jesús Cuellar, uno de los grandes ausentes de este año, quien tras haber perdido su corona de los plumas de la AMB ante Abner Mares a fines de 2016, se mantuvo inactivo con la idea de retornar encuadrado entre los superplumas. Ese momento parece haberle llegado.
Más allá de sus crisis, de la mezquindad del ambiente y de la nostalgia por aquellos tiempos no tan lejanos en los que “Maravilla” Martínez, Marcos Maidana y Lucas Matthysse conmovían al país con sus peleas, en 2017 (y en 2018 también) el boxeo argentino siguió concitando un interés fuerte de las grandes cadenas televisivas. Señal evidente de que aún hay un público deseoso de ver buenas piñas. TyC (con dos festivales por fines de semana), TNT (con dos shows mensuales) y Direct TV (con una velada por mes) sostienen la actividad local. Si a ellos se le suman las peleas internacionales que transmiten Space, Fox Sports y ESPN, se llega a seis canales transmitiendo boxeo con regularidad. Algo que sólo el fútbol (y ni siquiera el tenis o el básquet de la NBA) es capaz de conseguir. Las vacas no están tan flacas como quieren hacer creer.