El Senado brasilero aprobó por 53 votos contra 16 el ajuste propuesto por el presidente Michel Temer, que congela el gasto público por 20 años. El proyecto es la mayor reforma fiscal en décadas y afecta las partidas destinadas a salud, educación y políticas sociales. Desde que el gobierno anunció su propósito, motivó la oposición de diferentes sectores sociales. Incluso fue criticado por la ONU.
Hoy, mientras movilizaciones en siete estados rechazaban la reforma constitucional, Temer recibió las felicitaciones del electo presidente estadounidense Donald Trump.
La iniciativa fue presentada con carácter de enmienda constitucional y propone que el aumento anual del gasto público se limite durante dos décadas a la tasa de inflación del año anterior, con la posibilidad de que ese techo sea revisado recién después de los primeros diez años.
Durante el debate, organizaciones de mujeres, movimientos estudiantiles y centrales sindicales marcharon en la ciudad de Brasilia y los estados de Ceará, Pernambuco, Espírito Santo, Mato Grosso, Río Grande de Sul, Sao Paulo y Minas Gerais contra “La PEC del fin del mundo”. Como alternativa, los movimientos reclaman una reforma fiscal que reduzca los impuestos sobre artículos básicos como alimentos y medicinas, y que se aumente la carga tributaria a los más ricos.
Esta mañana, Trump saludó a Temer por teléfono y aprovechó para “felicitar al presidente por las reformas y las medidas que ha adoptado para promover el crecimiento de Brasil”. Por el contrario, Philip Alston, relator de Derechos Humanos de la ONU, opinó que el plan de gobierno de Temer “viola los derechos humanos y las obligaciones internacionales del país”.
Según una encuesta reciente de Datafolha, el 60 por ciento de los brasileros está en contra del ajuste llamado PEC 55. “Los informes de los últimos días muestran que este gobierno y el Congreso Nacional no tienen la legitimidad para decidir en nombre del pueblo brasileño más ajustes que comprometen nuestro futuro, la jubilación y los derechos sociales, a pesar de que todas las capitales brasileñas se hayan movilizado”, expresó Guillherme Boulos, coordinador nacional del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo.
La PEC 55 ya tuvo media sanción en la Cámara de Diputados en octubre y fue confirmado en el Senado en noviembre. El Partido de los Trabajadores (PT) propuso interrumpir la votación, pero fue rechazado. La senadora Fátima Bezerra, del PT, afirmó que el gobierno "solo quiere revocar por 20 años las inversiones para los más pobres, pero sin proponer un techo para pagarle la deuda a los banqueros".