The Power
Naomi Alderman
Roca Editorial

¿Y si las mujeres descubrieran que las palmas de sus manos emiten descargas eléctricas? ¿Y si pudieran regularlas para que sean pequeñas advertencias o golpes mortales? ¿Y si las adolescentes transmitieran este poder a las más grandes para que todas puedan usarlo? ¿Y si ese don les permitiera defenderse de padres abusadores y machitos violadores? ¿Y si esta nueva supremacía del cuerpo estallara en todo el mundo, al mismo tiempo? ¿Y si el nuevo orden político, gestado en revueltas, fuera feminista? Estas preguntas (tan contemporáneas) son las que dan vida a The Power, la cuarta novela de Alderman, aunque la primera que se traduce al castellano. Fue incluida por The New York Times entre sus diez libros del 2017 y Alderman es amadrinada por Margaret Atwood. Sin embargo, aquí el libro pasó bastante desapercibido. Hagamos justicia leyéndolo este verano y practicando para la toma del poder.


Las aventuras de la China Iron
Gabriela Cabezón Cámara
Literatura Random House 

El momento donde la finísima Liz mete la lengua en las cavidades de la China Iron es uno de los más deliciosos y lúbricos de la literatura en el año que se va. El último libro de Gabriela Cabezón Cámara es goce puro. También, una forma de poner las cosas en su lugar; o sea, patas arriba (en varios sentidos). Quien habla es la china del Martín Fierro, ésa invisible y en aquel texto canónico del siglo diecinueve. Aquí reivindica el nombre con el que fue ninguneada pero también incorpora ése con el que la nombra Liz, que será su amante tanto como una india a lo largo de un road trip pampeano. China Josephine Star Iron elige ponerse ropa de varón. Y Fierro decide amar abiertamente a otro hombre. Lejos de la sangre y el facón, todxs arman una familia comunitaria y queer que trasciende cualquier grieta. La historia está escrita con frases de gran refinamiento que estallan como polvorín. Como la China cuando se derrama.

 


Otras vidas
Marosa di Giorgio
Adriana Hidalgo

En el texto “Si fuera presidente”, Marosa dice que si ella fuera presidenta, adjudicaría una mariposa como guardia personal a cada ciudadanx, en especial a las mujeres. Vetaría las bebidas sin alcohol, legalizaría el tango en la calle a toda hora y nunca olvidaría tomar su cafecito en Sorocabana. Ésta es apenas una de las gemas de ese camino de pedrerías y árboles de magnolias y lobos al acecho que constituyen la obra de esta poeta uruguaya, nacida en Salto, que murió en Montevideo en 2004. Sin embargo, Otras vidas no es obra poética. Se trata de textos compilados por su hermana Nidia, donde conviven entrevistas, perfiles biográficos, prólogos y reseñas que Marosa escribió durante las últimas décadas de su vida. El revés de esta trama permite conocer mejor a la autora y las autoras que admiraba, muchas sus contemporáneas, como Armonía Somers, Idea Vilariño o Circe Maia. 

 


Éste es el mar
Mariana Enriquez
Literatura Random House

¿Pensaban que John Lennon, Jim Morrison o Kurt Cobain murieron de casualidad cuando el mundo dejó de mirarlos en un instante de distracción? No. Detrás están las Luminosas, seres bellísimos, etéreos, sin tiempo. Estas vampiresas necesitan crear rock stars, llevarlos a lo más alto para arrancarles la vida. Ninguna mala intención, sólo instinto de supervivencia. Helena, una de las Luminosas, se convierte en mano derecha de James, el líder de la banda Fallen. Adolescentes de todo el mundo lo adoran. Pero él sólo necesita que Helena lo sostenga. Ignora que las vamp no son madrecitas: son altivas señoras de la muerte, aunque ellas también escondan su fragilidad. Esta novela está hecha para fans que adoran el rock (o sus resabios) y saben cuán misógino puede ser ese universo. También, para quienes resucitan a estos ángeles caídos al evocar sus canciones en medio de la noche oscura.

 


 

La mala feminista
Roxane Gay
Capitán Swing

La puesta en foco de relatos donde Margaret Atwood, ya en los 70, cuestionaba la pavorosa naturalización de las violaciones. La crítica a libros como Cómo ser mujer, donde la británica Caitlin Moran olvida que no todas adoran ni pueden comprar los zapatos de Manolo Blahnik. El relato de su propia vida como chica haitiana, de piel morena y dueña de un deseo que no se encasilla en la heterosexualidad. Todo esto cabe en La mala feminista, libro agudísimo que reúne artículos construidos sobre los vínculos complejos entre raza, identidad de género y clase. Capaz de detenerse en el racismo pavoroso de los Estados Unidos (donde la escritora vive) o en los modos en que la cultura popular (sus películas, sus músicas) construye y destruye estereotipos, La mala feminista no entra en casilleros. Explota de buena escritura, creatividad y compromiso político. Una pedrada justiciera en el corazón de la cultura héteropatriarcal.

 


 

Conjunto vacío
Verónica Gerber Bicecci
Sigilo

Hay lugares donde las palabras no llegan. Por eso Gerber Bicecci, nacida en México en 1981, se define como “artista visual que escribe”. A partir de ese dato, tan cierto como el hecho de que es hija de exiliadxs políticxs argentinxs, Gerber construye un andamiaje donde los bordes entre lo que es biográfico o no deja de importar. Tanto como las opiniones de lxs geólogxs del lenguaje, dispuestos a establecer los límites específicos de la narrativa. La pregunta aquí es cómo deshacer un secreto; interrogante que la protagonista lleva a la zona del exilio, del amor, de vínculos sin estereotipos. Con dibujos y diagramas extraídos de la teoría de los conjuntos, ella expone sus propias perplejidades. O sea, es Gerber la primera que cuestiona la escritura como oficio de la razón: la ahueca para averiguar cuál es el sonido verdadero de su voz. El experimento funciona porque sus lectores se quedan ahí, escuchando.


Seres queridos
Vera Giaconi
Anagrama

¿De qué sangre está hecha una familia? ¿Cuán luminoso o cruel puede ser el amor en esas relaciones? ¿Cómo modela el paso del tiempo la forma de un corazón? De estas preguntas están hechos los diez relatos de Seres queridos, el segundo libro de Giaconi tras Carne viva (Eterna Cadencia, 2011). Hay una continuidad entre los dos en cuanto a mujeres se refiere. Pero si en el trabajo anterior, ellas eran foco de exploración, aquí el universo se expande para que entren relaciones diversas. Así, por ejemplo, el exilio es narrado desde una mirada infantil, a su modo fantasmática. También aparecen hombres convertidos en parientes. Y médicos. Sí, aquí el cuerpo es un espacio sujeto a reglas que pueden desmoronarse, tanto como los vínculos filiales. Los personajes de Seres queridos transitan hilos delgados que los dejan al borde del abismo. El asunto es que ese abismo no está lejos sino ahí, al otro lado de los espejos. 


Adentro tampoco hay luz
Leila Sucari
Tusquets

“No sé cómo hacer para dormir, mi cabeza no se calla nunca. Tengo una radio prendida las veinticuatro horas”, dice la protagonista de la primera novela de Leila Sucari, ganadora del Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes en 2016. Un par de años atrás, Sucari -nacida en 1987- también sentía una voz que se le aparecía en la cabeza. Decidió escucharla. Así construyó la historia de una chica que, en plena pubertad, es abandonada por su madre en el campo. Ahí viven su abuela (despótica) y su prima (una belleza lujuriosa que ignora su poder pero aún así, lo detenta). Para hacer frente a ese universo de mujeres solas, la protagonista se refugia dentro de sí misma. Desde ahí establece una conexión salvaje y poética con la naturaleza. En su experiencia del mundo subyace también un sentido del humor de a ratos barrido por el sopor y el deseo de saber que hay más allá de ese cuadrado de tierra yerma.

 


La caja de los deseos
Sylvia Plath
Nórdica libros

“Nunca he puesto un cepillo de dientes en un poema. No me gusta pensar en todas las cosas familiares, útiles y dignas, que nunca he puesto en un poema. Una vez puse un tejo que, con pasmoso egoísmo, empezó a ordenar todo. Mi poema acabó siendo sobre él, demasiado orgulloso para ser una marca negra pasajera en una novela”, escribe Plath en el texto “Comparación”, de 1962, donde explica su engañosa dificultad para escribir prosa. De hecho, un año después publicaría su novela La campana de cristal. Es decir, ella era una poeta majestuosa y desde ahí podía expandir su escritura a otros géneros. La caja de los deseos -que reúne cuentos, ensayos y fragmentos de sus diarios escritos entre 1952 hasta poco antes de su muerte, en 1963- es uno de esos libros para buscar cobijo en el verano tórrido. Porque ahí está la palabra de una autora feminista, excepcional, cuyos textos no abjuran de la fragilidad pero tampoco de la fortaleza que Plath encontró mucho más en su arte que en su vida.

 


Lugares donde una no está (Poemas 1996-2006)
Laura Wittner
Gog y Magog

“También nosotras nos paramos a sentir la noche/ cada una en su barrio pero al mismo tiempo” dice Laura Wittner en el poema “Placeres nocturnos”. Esta compilación reúne textos de sus siete libros, desde El pasillo del tren, de 1996, hasta Alturas, publicado diez años después. La poeta dialoga con otrxs y también con ella misma. En ese tránsito, establece vínculos entre una quietud aparente y el movimiento que tiembla por debajo. Wittner se ocupa de lo pequeño, sí: la lluvia que cae o no, los trenes en movimiento, la charla incidental con sus hijxs, con su madre. Pero además, atisba lo que ocurre más allá de lo cotidiano; por ejemplo, los sismos que transforman a las familias tras una separación, las huellas del desamor o la muerte. El libro se completa con algunas traducciones (su otro oficio), que recupera autoras como Patrizia Cavalli o Lydia Davis. Y con prosas sutiles sobre la lectura o la música de las palabras.