En una pared del Centre del Carme, en Valencia, hay retratos de represores argentinos. Y de sus víctimas. Son ilustraciones realizadas durante los juicios por sus crímenes de lesa humanidad de 2010 en adelante, cuando la agrupación H.I.J.O.S. convocó a ilustradores para registrar lo que sucedía en esas audiencias, cuando los tribunales aún no permitían sacar fotos ni filmar lo que se discutía puertas adentro. Los trabajos de Registro exacto. Dibujos en los juicios de la humanidad que se exhiben en el Centre forman parte de la exposición Arcana Imperii. Investigaciones en burocracia y son de la artista plástica e historietista Azul Blaseotto, que habló con PáginaI12 respecto de la experiencia y de su primera exposición en España, que concluirá el próximo 7 de enero.

–¿Cómo comenzó a ilustrar los juicios de lesa humanidad?

–El primero que me tocó cubrir fue el de Atlético-Banco-Olimpo. Ahí empecé y nunca dejé hasta el día de hoy que sigo dibujando. Para mí la idea es la misma, porque aunque con los años los tribunales permitieron las fotografías, el dibujo es otro tipo de registro. Y lo que sucede es que se va armando, no digo una historieta pero sí una novela, una gran crónica de todos estos años. Dibujada. Eso me interesa.

–¿Por qué?

–Porque me parece importante que haya un registro de época y ese registro documenta varias cosas. La principal es que el mismo Estado puede juzgar los crímenes cometidos por el mismo Estado. Además, por un lado me interesaba obtener el retrato de los acusados al día de hoy. De muchos de ellos no se conocían las caras o a lo sumo había una foto policial. Por otro, a medida que iba dibujando me di cuenta que me interesaba tener un registro de los debates sobre la verdad y la memoria. Entonces empecé a retratar la cuestión judicial. Un dibujo donde lo que se retrata es el debate, la disputa sobre cuál es la verdad. No sólo la verdad sobre el pasado, sino también la verdad sobre el presente. Entonces hay muchos retratos, hay dibujos que son como panorámicas. Y todos recogen testimonios: de los acusados, de los fiscales, los jueces, las víctimas. La palabra de sus protagonistas.

–¿Qué resultado ve de este trabajo, siete años después?

–Cuando veo este despliegue de dibujos, lo que veo es una historia. No es lineal, es totalmente anacrónica, con baches, con saltos, pero también a los protagonistas construyendo eso que llamamos memoria y eso que llamamos “fallo judicial”, que es el que establece oficialmente cuál es “la verdad”. Pero esa verdad judicial muchas veces eclipsa con su eficiencia y recorte el mar de fondo que hay detrás, toda la construcción, todo el desgranado que lleva a ella. A mí ese desgranado es lo que me importa.

–¿Cómo llega esa experiencia a la muestra en Valencia?

–La muestra en el CAC de Valencia es una muestra colectiva en la que le curador, Oriol Fontdevila, invitó a diez artistas a trabajar sobre la idea de la burocracia. “Arcana imperii” significa literalmente “el secreto del imperio”, pero refiere a sus mecanismos burocráticos. El curador buscó artistas que trabajan el modo burocrático de las democracias actuales. En mi caso el trabajo de los juicios permiten ver el funcionamiento de la justicia de la democracia estatal, que al día de hoy revé esos crímenes que sucedieron o pudieron haber sucedido en el pasado. Lo que me permitió fue mostrar por primera vez cincuenta y pico de los más de trescientos dibujos que tengo sobre los juicios. Entonces desplegué una instalación gráfica en un muro de 8x6 donde lo que se ve son varias historias que se van entrelazando. Hay una especie de crónica, sí, que se puede seguir, pero tiene varias entradas. Dispuse los dibujos de tal modo que no sólo se leen de izquierda a derecha sino también de abajo hacia arriba y de derecha a izquierda, depende cómo el espectador llegue a la pared. Hay cuestiones estéticas que llaman la atención en varios lugares y el espectador decide por dónde entrar.

–¿Cómo se recibió allá la muestra?

–Yo estuve muy poquito. Antes de la inauguración, durante y dos o tres días después. Una de las estrategias del curador fue hacer la primera visita guiada antes de terminar de colgar y antes de la conferencia de prensa. Yo literalmente estaba martillando los dibujos en la pared y la gente venía y preguntaba. Los españoles tienen muy buena onda con nosotros, son muy curiosos también, sobre todo porque ellos también tuvieron una dictadura, y muchísimo más larga.

–Con el franquismo además tienen muchas cuentas pendientes sin juzgar.

–Tienen el tema re pendiente. No hay el trabajo de memoria que hubo en Argentina, no tuvieron los juicios que tuvimos nosotros y no tuvieron la masticación social de ese pasado como sí la hubo acá. Estaban muy curiosos, preguntaban por los protagonistas que veían en los dibujos, sobre el actual presidente. Los curadores además plantearon una serie de actividades pedagógicas y además tienen eventos donde invitan a protagonistas de la cultura en Valencia y se los invita a charlar de distintos temas, sobre todo temas relativos a la cultura pública, a memoria, justicia social, se hacen entrevistas y programas de radio en vivo. Me tocó participar de uno de esos programas y se junta bastante gente a intercambiar ideas.

–En España algunos discursos del franquismo siguen presentes. En Argentina en los últimos tiempos resurgieron discursos de esos que se leían y escuchaban hace 40 años. ¿Qué lectura hace de eso?

–Que en la Argentina tenemos un componente fascista muy importante. Desde el principio de la historia argentina, diría. Y eso está presente. El enano fachista que tenemos dentro en distintos tamaños aflora y se expande cuando el contexto se lo permite. Creo que el contexto actual de la Argentina es un caldo de cultivo bastante propicio para el autoritarismo, el fascismo, la xenofobia, el machismo. Eso se puede ver todos los días en distintas cuestiones cotidianas y en cuestiones de macro y micropolítica. En las manifestaciones de ayer (NdR: se refiere a las del lunes 18/12, en que el macrismo aprobó su reforma de la ley previsional), tanto en el día, como en los cacerolazos, hubo gente que desde los edificios tiraba botellas de vidrio, agua con lavandina, cascotes. Eso es autoritario y homicida: es matar al otro, no hay diálogo posible. ¿Cómo lo explicás? Es un componente que no termina de ser superado. Creo que es cada vez menor, pero igualmente  es bastante grande. Por eso es importante mantener una política de Derechos Humanos en conjunto con búsqueda de memoria y justicia. Y que no sea solamente declamatoria ni que baje de arriba, sino que sea a nivel social, junto con organizaciones de Derechos Humanos: Madres, Hijos, Abuelas, Ex Detenidos, todos. En las escuelas también. Hubo programas que se siguen desarrollando y muchos profesores nos ponemos al hombro, que integran Derechos Humanos, Memoria y Justicia en nuestros programas educativos, no sólo en Historia. En Arte también.