Las cifras de distribución del ingreso que publicó ayer el Indec advierten que, pese a que la actividad económica se encamina desde del desplome del año pasado al punto de partida del gobierno de Cambiemos, todavía sigue siendo por lejos más desigual que antes de su asunción. El Indec difundió ayer el coeficiente de Gini, un indicador de desigualdad de ingresos que cuanto más cercano a 1 implica una peor distribución de la torta. En el tercer trimestre del año marcó 0,427 puntos respecto del 0,428 del segundo y del pico de 0,451 de igual período del año pasado. Pese a la mejora interanual, todavía se encuentra a distancia de las cifras que heredó el macrismo y que responde al desaguisado económico que llevó a una fuerte transferencia de recursos por devaluación e inflación y la captación de éstos por parte de una menor porción de la población. Es necesario retroceder hasta 2008 en la serie histórica para hallar una foto distributiva más desigual. En ese momento el índice había ascendido hasta 0,431 en el tercer trimestre.
Debido al apagón estadístico que dispuso el Gobierno en sus primeros meses de gestión no se pueden comparar los datos actuales con el tercer trimestre de 2015, ya que no hubo datos de los últimos trimestres de la anterior gestión, con lo que tampoco se puede conocer el impacto en ingresos de las políticas de Cambiemos. Pero si se toman los datos difundidos hasta el segundo trimestre de 2015, última publicación del Indec antes de la pausa, el coeficiente para ingreso familiar se ubicó en 0,372. Ahora el número, en el tercer trimestre, es 0,427.
El informe de ayer revela también que se mantiene elevada la brecha entre el diez por ciento que menos gana y el diez por ciento de mayores ingresos. La distancia entre los extremos de la pirámide fue de 20 veces, similar a la del trimestre previo pero dos veces menos que igual período del año pasado (representaba 22 veces el ingreso de los que menos percibían). En el segundo trimestre e 2015, último dato disponible antes del apagón, la distancia entre los ingresos de los hogares del primer y último decil había sido 16 veces.
Los registros elaborados sobre la base de la Encuesta Permanente de Hogares evidencian que la recuperación económica no derrama en materia distributiva. Por el contrario, consolida el deterioro en el reparto de la torta. El diez por ciento de la población de mayores ingresos se apropia del 30,8 por ciento del total, mientras que el decil más bajo sólo recibe el 1,6 por ciento. Por último, si se comparan las escalas de ingreso per cápita de la población asalariada, el 60 por ciento de los sueldos -que contempla entre 100 y 15.000 pesos- no alcanza a cubrir la Canasta Básica Alimentaria (CBA) para una familia tipo compuesta de dos mayores y dos menores, la cual en septiembre (último mes del trimestre analizado) costaba 15.451 pesos. Es por eso que la mayoría de las familias no pueden sustentarse con un solo ingreso.