El Centro de Estudios, Investigaciones y Opinión de la Unidad Política Institucional de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires hizo una encuesta para ver cuántos porteños están insatisfechos con la cantidad de espacios verdes que tienen a mano. La sorpresa, para más de uno, es que apenas la mitad se dijo disconforme en la encuesta telefónica que abarcó a las quince comunas porteñas. Alejandro Amor, el ombudsman porteño, explicó que la encuesta abarcó un panorama de satisfacción con los servicios públicos de la Ciudad, para poder “hacer recomendaciones”. El resultado sobre el verde sigue bastante cuerdamente el mapa de parques porteños, con un sesenta por ciento que está satisfecho con el verde disponible en la zona norte, la que más parques tiene, y un fuerte descenso a menos del cincuenta por ciento en el sur y el tan saturado centro de la ciudad. Para darse una idea del problema, cada porteño tiene teóricamente 5,9 metros cuadrados de verde disponibles, pero en Almagro hay veinte centímetros. Llegar a los diez metros que se consideran el mínimo internacional es una utopía, con un gobierno porteño que vende tierras para hacer obras, no para hacer parques, mientras promete algún día sumar 110 hectáreas verdes. Lo único que se logró fue que los terrenos -ya abiertos, ya funcionando como verdes y pulmones urbanos aunque no como parques- se construyeran sólo en un tercio de su superficie.