La incertidumbre avanzó sobre más de doscientas familias de la localidad bonaerense de Azul luego de que las autoridades de Fanazul, una fábrica de explosivos que depende de Fabricaciones Militares, no les dieran certezas sobre la renovación de sus contratos. El temor por la inminencia de despidos generalizados se incrementó cuando decretaron un asueto para hoy y el predio de la fábrica fue prácticamente tomado por efectivos de la Policía Federal. Los trabajadores, en su defensa, cortaron la ruta nacional 3 y se preparan para recibir el año nuevo con un campamento en la plaza principal de Azul.
La situación de la fábrica no es reciente. Los trabajadores, afiliados a ATE, vienen denunciando desidia por parte de las autoridades ante la ausencia de inversión y su consecuente falta de mantenimiento de las instalaciones y herramientas imprescindibles para el funcionamiento.
La llegada del fin de año puso en alerta a los trabajadores ante la finalización de los contratos de poco más de doscientos empleados de los 249 que tiene la planta. A pesar de la insistencia del gremio y empleados las autoridades no respondieron sobre la suerte de sus puestos de trabajo y por eso comenzaron a realizar una serie de protestas que también se expresaron a la ciudad de Azul, distante unos 30 kilómetros de Fanazul. El dato que terminó por confirmar las peores sospechas de los trabajadores fue la llegada de un grupo de seguridad privada con un grupo de cinco choferes que retiraron los cinco colectivos con los que se trasladaban a los trabajadores a la ciudad. Esos micros, según confiaron empleados de Fanazul se encuentran en la ciudad cordobesa de Villa María.
Ayer jueves, los trabajadores realizaron una asamblea en la sede de ATE Azul donde se decidió el corte de la ruta nacional 3. Hoy, cuando los empleados del área de seguridad, también contratados, quisieron ingresar a las instalaciones para prestar servicio pero no lo consiguieron porque los efectivos de la Federal allí apostados se lo impidieron. Además, las autoridades de la fábrica decretaron asueto lo que llevó más incertidumbre a los trabajadores. La asamblea también decidió realizar esta noche una radio abierta y también manifestarse en el centro de Azul donde levantarán un campamento para pasar allí el año nuevo.
En tanto, el martes se trasladarán hacia la fábrica para intentar ingresar a sus puestos de trabajo. Por si acaso serán acompañados por un abogado y un escribano para dejar sentada cualquier irregularidad o, como suponen, que no les permitan ingresar.
Los trabajadores intentaron conseguir el respaldo del intendente de Azul, Hernán Bertellys, quien llegó al cargo a través del Frente para la Victoria. Cuando asumió les prometió a los empleados de Fanazul acompañarlos y respaldarlos ante la posibilidad de que el gobierno de Cambiemos intente cerrar la fábrica. En ese momento el compromiso de Bertellys resultó tranquilizador. El problema es que a poco de andar el intendente saltó la tranquera y ahora es uno de los jefes comunales que responden a la gobernadora María Eugenia Vidal.