Estacionar y sacar la basura son las dos actividades de cualquier vecino que por estas horas concentran el debate de comisiones en el Concejo: si el consenso prospera ‑algo que ayer todavía estaba crudo y que dejó dos reuniones en cuarto intermedio hasta hoy‑ este jueves los ediles podrían votar un nuevo pliego de licitación para renovar el sistema de estacionamiento medido, cuya concesión vencerá en junio, y un contrato directo con la empresa Resicom, dueña del relleno sanitario de Ricardone que recibe las 800 toneladas diarias de residuos que Rosario produce cada día. Un tema levanta más polvareda que el otro.
Mañana realizarán la primera de las sesiones de prórroga dispuestas para diciembre. Para eso los ediles estuvieron trabajando en comisiones sobre el estacionamiento medido y pago y sobre la deposición de residuos. Tanto en Obras Públicas como en Gobierno no hubo humo blanco y pasaron a cuarto intermedio para hoy. En cuanto a la licitación del parking, ambas mesas de trabajo acordaron deliberar juntas para acercar posiciones. Algunos ediles quieren la municipalización del sistema, otros ven la ocasión de incluir a los cuidacoches, con alguna suerte de integración, para encarar definitivamente el polémico asunto.
"Estamos a un 50 por ciento de la discusión del proyecto. No necesariamente tiene que aprobarse este jueves, también puede ser el 22", dijo la edila Lorena Giménez Belegni (PPS), titular de Obras Públicas. Lo que discuten es el nuevo pliego de bases y condiciones para licitar la concesión que hoy detenta la UTE Tránsito Rosario.
En la discusión está la intención de avanzar hacia medios de pago electrónicos como las tarjetas Sube y Movi, o con una aplicación digital para telefonía celular, por tiempo real de uso. Hay discrepancias en cuanto a las zonas donde aplicar el sistema, y a la autoridad de aplicación. El radical Jorge Boasso, por ejemplo, propone que sea el Ente de Transporte el administrador del sistema. "Para que lo recaudado se vuelque al sistema y no a un concesionario". Sería un negocio por siete años, y eso enoja a la oposición. "Debemos ser responsables y debatir en profundidad. Lamentablemente, otra vez el oficialismo nos impone un tema sobre el límite de tiempo y nos obliga a resolver a tontas y a locas", protestó Giménez Belegni.
La otra piedra de la discordia que, no obstante, podría llegar a tratamiento en el recinto este jueves es el mensaje del Ejecutivo por el que solicita aprobación de un contrato por otros cuatro años con la empresa Resicom, operadora del relleno sanitario emplazado en las afueras de Ricardone. Lo que encrespa a los concejales es el escaso tiempo que el Ejecutivo les dejó para estudiar el tema, puesto que el servicio ya está sobre una prórroga que expirará el 1º de enero próximo. Si el Concejo no aprueba este contrato, el servicio se interrumpirá y toda Rosario se quedará sin saber qué hacer con sus residuos.
Hoy acudirá al Concejo la secretaria de Ambiente y Espacio Público, Marina Borgatello, para hablar con los ediles. La oposición cuestiona que Mónica Fein haya propuesto un contrato directo por unos 760 millones de pesos sin buscar alternativas, y profundizando el paradigma que ha llevado a Rosario a incumplir con la ordenanza Basura Cero, por el que el municipio se comprometió a reducir el entierro de residuos y aumentar la separación en origen y el reciclaje. El oficialismo, en tanto, argumenta que no hay otra empresa en posibilidad de competir con Resicom para dar cuenta de la gran emisión de residuos de esta ciudad, y refutan que se trate de un contrato a medida, tal como acusaron varios opositores.
En tanto, unos y otros descuentan que el paquete presupuestario no llegará ni a mencionarse este jueves y que quedará para la sesión del 22. Son siete proyectos del Ejecutivo entre los que se destaca el presupuesto 2017 y el pedido de autorización para tomar deuda en el mercado de capitales por hasta 200 millones de dólares. En este último proyecto, el oficialismo todavía puja con los distintos bloques, renuentes a darle ese OK. Les disgusta que el 27% se destine a cubrir vencimientos de deuda vieja y por eso los bloques kirchneristas anticiparon que no levantarán la mano.