Aporofobia, el miedo a los pobres, fue elegida la palabra del año por la Fundación para el Español Urgente (Fundéu), promovida por la agencia Efe y BBVA. Este neologismo –recientemente incorporado a la versión digital del diccionario por la Real Academia Española (RAE)– ha sido acuñado por la filósofa española Adela Cortina en varios artículos periodísticos y en libros en los que advierte sobre el hecho de que se suele llamar “xenofobia” o “racismo” al rechazo a inmigrantes o refugiados, cuando en realidad esa aversión no se produce por su condición de extranjeros, sino porque son pobres. “Qué voy a sentir, alegría, claro, aunque su significado no tiene nada que ver con la alegría sino con un fenómeno negativo”, aclaró Cortina desde su casa en Valencia al diario El País de España. “Me parece oportuno que se ponga sobre el tapete que este fenómeno existe, dándole un nombre. Me llama la atención cuando se dice que hay que darle un nombre a las tormentas, por ejemplo, o a los ciclones, porque la gente se previene así frente a ellos. El rechazo al pobre, el relegarlo socialmente, también hay que prevenirlo así, porque es lo más contrario a la dignidad de las personas y es un desafío contra la democracia. No puede ser que una parte de la población desprecie a otra y la considere inferior”, explicó la autora del libro Aporofobia, el rechazo al pobre. Un desafío para la democracia (Paidós).
¿Cómo surgió este neologismo? Cortina (Valencia, 1948) lo utilizó por primera vez en un artículo que publicó en 1995. En un diccionario de griego encontró el vocablo áporos –es decir, pobre, que no tiene recursos– y lo juntó con la palabra fobia. Desde entonces lo empleó en distintos artículos en los que se refería a los problemas del Mediterráneo, “que eran de xenofobia hasta cierto punto, porque el turismo es la principal riqueza de España y cuando se trata de estos extranjeros, no hay xenofobia, hay hospitalidad. Sin embargo, cuando vienen refugiados, inmigrantes, sí que se produce ese rechazo”, comparó la experta en ética. La filósofa española advirtió que aporofobia es una patología social que existe en todo el mundo y lo primero que hay que hacer es “reconocerlo, saber que está y que nos pasa, e inmediatamente tratar de desactivar ese fenómeno” que a Cortina le parece “absolutamente corrosivo”. “La manera de empezar a pensar si nos parece bien que en una sociedad se rechace a los pobres es saber que eso es lo que está pasando y, a partir de ahí, tomar cartas en el asunto”, aseguró la catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, quien agregó que este tipo de rechazo y odio al pobre “es lo más contrario que puede existir a la democracia, a los derechos humanos y a la declaración de la dignidad del hombre”.
“Al final, las palabras son importantísimos en nuestra vida y me alegro de que se creen palabras para designar la realidad: uno puede señalar una mesa o una silla, pero, ¿cómo señalás la aporofobia o la democracia?”, se preguntó Cortina, ganadora del Premio Nacional de Ensayo en 2014 por su obra ¿Para qué sirve realmente la ética?. “El término ha ido ganando terreno: muchas organizaciones solidarias que organizan jornadas lo emplean y en el Observatorio del Ministerio del Interior, que analiza los casos de xenofobia, homofobia y otros también lo ha incluido”, reveló la experta en ética.
Esta es la quinta palabra que elige la Fundéu después de “escrache” en 2013, “selfi” en 2014, “refugiado” en 2015 y “populismo” en 2016. La palabra del año es seleccionada entre aquellos términos que han estado presentes en la actualidad informativa durante los últimos meses y tienen, además, interés desde el punto de vista lingüístico. Antes de la elección definitiva, la Fundación dio a conocer una lista con doce candidatas. Además de aporofobia, participaban aprendibilidad, bitcóin, destripe, machoexplicación, noticias falsas, odiador, soñadores, superbacteria, trans, turismofobia y uberización. Cortina reconoció que le preocupa los movimientos aporófobos que están ganando terreno en Estados Unidos y en Francia, como el discurso antimexicano de Donald Trump y del Frente Nacional de Marine Le Pen contra los inmigrantes. “Es uno de los grandes problemas de nuestro tiempo porque desde 1948, año de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, dijimos que eso era inadmisible”, concluyó la filósofa española.