2017 (y viene de antes): caída generalizada del consumo, que impacta de lleno en el sector editorial en general. Puertas abiertas de par en par para el ingreso de importaciones. Dificultades para exportar por un tema de precios altos. Costos que suben y no son trasladables a los precios de los libros. El Estado dejó de comprar libros y este año, por primera vez en varios lustros, ni la Conabip hizo su clásica compra anual para las bibliotecas populares por recorte presupuestario. El gobierno no tiene ninguna política importante dirigida a este mundo rico, diverso y simbólicamente poderoso que es el de la edición. 

1990-2017: continúa firme el sorprendente proceso de concentración editorial donde hoy mandan dos megagrupos. Se suman a este negocio, que solía ser “de colegas”, grandes jugadores globales como Amazon, Google, Apple. La vida de las pocas, poquísimas, editoriales medianas que quedan se vuelve cada vez más difícil en este ecosistema. En paralelo se genera una falsa ilusión por el surgimiento de nuevas (y muchas veces geniales) pequeñas editoriales. 

2018 y más: como la frase de Casablanca, “el mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos”, en el caso de Siglo XXI seguiremos buscando estrategias para desarrollar nuestro proyecto editorial en un contexto local y global que sabemos que es cada año más complejo. Lanzaremos dos nuevas colecciones (una de Educación y otra con el equipo de la revista Crisis), que se suman a Hacer historia y Nueva Criminología, que lanzamos en 2017. Tenemos planeado sacar 60 novedades frente a las 50 que solemos publicar. El mundo se volvió más hostil en estos últimos años y nos deja librados a las leyes del mercado. SIGLO XXI tiene más de medio siglo de historia y ha capeado con éxito (y no sin dificultad) dictaduras, crisis económicas, la caída del Muro de Berlín, que hizo que gran parte de su catálogo envejeciera de un día para otro. Confiemos en que este sea otro momento adverso más que nos toca resolver. ¡Daremos pelea!

* Editor del sello Siglo XXI.