La importación de jeringas desde China a precio de dumping está a punto de provocar el cierre del último fabricante nacional de este producto, con lo cual pende de un hilo la fuente de trabajo de 75 personas. La situación es crítica desde el año pasado, cuando los importadores adquirieron jeringas para abastecer el equivalente al consumo nacional durante dos años, a pesar de que estaba vigente una medida antidumping. Este año, el Gobierno dilata la aplicación de una nueva medida que evite un final cantado para la empresa. “Les conviene cerrar y empezar a importar”, les dijo meses atrás un funcionario del Ministerio de Salud a los representantes de la firma.

Según datos de Cancillería, el precio de exportación de las jeringas de China es de un promedio de 0,054 dólares cada una. Ante ello, Brasil, por ejemplo, aplica un derecho ad valorem de 4,5 centavos de dólar sobre cada unidad, lo que da una idea del grado de daño que genera la competencia asiática. Argentina cuenta desde 2011 con un impuesto del 17,7 por ciento que no logró en lo más mínimo controlar el ingreso de la competencia a precio de descarte. “El dumping provoca que Argentina sea el país que importa a más bajo precio de todo el mundo”, definió la Comisión Nacional de Comercio Exterior. 

La inefectividad de la medida antidumping se manifestó en una importación descontrolada de jeringas el año pasado, por un volumen que duplica el consumo de un año. Fueron 630 millones de jeringas, a pesar de que se requieren 340 millones por año, según datos oficiales. Este año el ingreso de mercadería importada se redujo a la mitad, pero también fue muy alto en términos históricos. “A raíz de esta situación, nuestra fábrica, que cuenta con 75 empleados a la fecha (ya perdió 30 por las dificultades económicas), posee cuentas embargadas, los proveedores no nos entregan mercaderías y tenemos un atraso de cuatro meses en el pago de sueldos”, dijo Enrique Lisjak, el director operativo de PMDSA, último productor de jeringas de Argentina. En las fojas de la investigación oficial consta que las empresas importadoras están stockeadas para 15 meses, un colchón que es absurdo en términos económicos si la situación no involucrara una competencia desleal.

Según Lisjak, el ingreso de jeringas a un precio inferior a la producción nacional no tiene impacto sobre los precios que enfrenta el consumidor. El empresario asegura que el precio de venta por parte del importador es de 72 centavos y luego las farmacias lo ofrecen a 10 pesos. La empresa nacional vende sus jeringas a 1,05 pesos al sector de la comercialización, pero el precio de venta al público se mantiene en los 10 pesos. “Les recomiendo que cierren e importen”, le dijo meses atrás Mariano Manenti, director nacional de Productos Médicos del Anmat, a Enrique Lisjak, según él cuenta. Sin embargo, la empresa se juega desde hace varios meses su última carta para zafar del cierre. Gestiona ante el Gobierno una nueva medida anti-dumping que mejore el grado de protección comercial. Desde el Ministerio de Salud dilatan la definición, que podría quedar recién para marzo.