Como no podía ser de otra manera, el intendente de Mar del Plata, Carlos Fernando Arroyo, empezó el año con una de sus declaraciones cargadas de ignorancia y machismo. Ayer, cuando La Feliz recibía a los primeros turistas del año, Arroyo pidió “chicas bonitas” para atraer inversiones y justificó los femicidios y la violencia contra las mujeres con una desafortunada definición del machismo.
El mismo intendente que a un mes del asesinato de Lucía Pérez, la adolescente brutalmente abusada en esa ciudad, dijo que las campañas contra la violencia de género eran una manera de “malgastar” el dinero por ser una “moda” y comparó a los indigentes con perros callejeros, el hombre de Cambiemos volvió a dar la nota al referirse a las futuras inversiones que espera el municipio.
"Vamos a mandar a alguna chica bonita a convencer empresarios que vengan a invertir a Mar del Plata", fueron las palabras de Arroyo, cuando fue consultado por el proyecto del parque industrial de la Ciudad y las obras pendientes. Pero la definición del intendente de mujer-objeto no se quedó ahí, fue más lejos. Consultado por los femicidios en esa ciudad, Arroyo culpó al “machismo tradicional”, al que consideró “una enfermedad no sé por qué motivo” y remató: "Ahí está la gran llave, en el día que logremos igualar en la mente de cada argentino que comprenda que una mujer es igual a un hombre y un poco mejor, porque además nació para ser madre y nosotros no", se encargó el intendente de reforzar el estereotipo.
Además de turistas, a Mar del Plata llegaron las críticas por las palabras vertidas por el intendente, que refuerzan la violencia simbólica contra las mujeres, algo penado incluso desde la sanción de la ley para prevenir y erradicar la violencia contra de género.