Los trabajadores que llegaban ayer a la sede de Radio Nacional ni siquiera se enteraban por una lista sobre si habían sido cesanteados o no. Tampoco había personal jerárquico que se los comunicara personalmente, como marca el más elemental –y humano– sentido común. La nueva modalidad de despido de los medios públicos ahora es por defecto: si a los que apoyaban el dedo en la pantalla dactilar de ingreso, el visor le respondía con un lacónico “Fuera de sistema”, el trabajador se tenía que dar por despedido. En cambio, si el sistema le habilitaba el ingreso, eso significaba que –por ahora– conservaba su trabajo. Ni siquiera el respeto de comunicarle anticipadamente a los trabajadores que sus contratos no iban a ser renovados. Muchos, incluso, aún tienen la incertidumbre de saber su suerte por encontrarse de vacaciones, sin la posibilidad de chequear si forman parte del despido automatizado. Ese fue el moderno método que las autoridades de Radio Nacional eligieron para que al menos 16 trabajadores se enteraran en el primer día hábil del año que ya no trabajan más en “la radio de todos”. En asamblea, los trabajadores de la emisora decidieron un paro total de actividades hasta las 13 de hoy.
Lo que sucede en la emisora estatal no escapa a la decisión política que signa a todo el Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos (SFMyC), cuyo titular es Hernán Lombardi. Para aclarar la situación, PáginaI12 intentó comunicarse en reiteradas oportunidades con Lombardi, además de Ana Gerschenson y Pablo Ciarliero, directora y vice director de Radio Nacional, pero en ningún casi accedieron a sentar su posición. La única información oficial fue un breve y tardío “comunicado” que difundió el SFMyC a través de sus cuentas en las redes sociales. “Situación en Radio Nacional: no hubo despidos. 16 contratos eventuales vencidos el 31 de diciembre no fueron renovados”, comunicó la cartera de Lombardi, mediante un tardío mensaje de Twitter a las 16.16, cuando el paro en la AM 870 ya llevaba un par de horas y la lista de “cesanteados” se iba engrosando.
“La radio pública está siendo víctima de un vaciamiento estructural”, afirma a PáginaI12 Carlos Saglul, delegado Sipreba de la emisora. “No se trata únicamente de la no renovación de contratos eventuales, como quieren hacer creer, sino de la existencia de un fraude laboral, porque son compañeros que tienen 7 y 8 años trabajando y cumpliendo tareas, a los que se les renuevan todos los años sus contratos, a los que no los pasaron a planta y encima ahora los echan. Son despidos encubiertos. Esto se suma a las jubilaciones anticipadas y a los retiros voluntarios que abrieron. Al sistema de medios públicos no le sobran profesionales, sino que les faltan. Por eso las emisoras del interior replican la programación de Nacional Buenos Aires los fines de semana, porque no tienen gente. El federalismo se está perdiendo por la falta de personal”, subraya.
La preocupación por un posible vaciamiento de la emisora no se reduce únicamente a los despidos, sino también a algunas decisiones que se acaban de tomar. Según denuncian los trabajadores, Ana Gerschenson y Pablo Ciarliero resolvieron que desde 2018 el mismo informativo que se emite por Nacional sea replicado tal cual por las FM Folklórica, Rock y Clásica, quienes dejarán de tener sus servicios propios. “Esa es otra decisión que pone de manifiesto las características del ajuste. ¿Qué tiene que ver el estilo y la línea editorial de FM Clásica, Folklórica y Rock con el de la AM? En su afán de achicar, no les importa que las emisoras pierdan sus identidades. Nunca había pasado algo así en la historia de Nacional. Es una emisora que pierde servicios, pierde calidad y en dos años perdió el 80 por ciento de la audiencia”, enumera Saglul.
La política de ajuste en los medios públicos no se reduce a Radio Nacional. Basta repasar lo ocurrido en el último mes en el SFMyC para concluir que el plan de achicamiento es integral. El ajuste comenzó con un plan de retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas en Educ.ar (la planta de trabajadores de Encuentro, Pakapaka y DeporTV se redujo en un 60 por ciento), continuó con el cierre definitivo del área de gestión de contenidos de la TDA (CIARA, con 180 despidos) y con la no renovación de algunos contratos artísticos y la apertura de jubilaciones anticipadas en la TV Pública, que terminó influyendo en el alejamiento de Horacio Levin al frente de la dirección ejecutiva del canal, por no estar dispuesto a llevar adelante la medida. En esa política de ajuste, ahora le tocó el turno a Radio Nacional, que la semana pasada ya había perdido a una veintena de contratos “artísticos”.
Los despidos de trabajadores que llevaban años de antigüedad y las decisiones de replicar programaciones o servicios informativos en otras emisoras estatales encendieron las luces de alarma en la emisora pública, que en dos años pasó de promediar los 6 puntos de share de audiencia a apenas superar el punto. En un clima tenso, que alcanzó su pico la semana pasada cuando el vice director de la emisora filmó con su propio celular una asamblea de trabajadores, en una clara actitud intimidatoria, los trabajadores de Nacional intentan seguir con sus tareas habituales.
El lanzamiento de la programación 2018, previsto para marzo, es todavía un misterio que lejos está de llevar tranquilidad, teniendo en cuenta que el Ministerio de Modernización exigió “optimizar” el Estado, buscando achicar la planta de trabajadores en un 18 por ciento. En este escenario para el sistema de medios públicos, hay un dato que no debe descuidarse de cara al futuro: durante la asamblea de ayer por la tarde en Nacional no solo participaron trabajadores de la emisora, sino que además estuvieron presentes delegados de la TV Pública y de la Agencia Estatal de Noticias Télam. Fuentes consultadas no descartaron que los trabajadores de todo el SFMyC decidan una medida conjunta en caso de que la “optimización” del Estado siga cayendo sobre las espaldas de los trabajadores más precarizados.