En 2017 la recaudación tributaria superó los 2,5 billones de pesos, lo que marcó un alza interanual del 24,2 por ciento. Las autoridades de la AFIP enfatizaron ayer que esa cifra contempla los ingresos generados por el blanqueo de capitales a lo largo de los últimos dos años, que “distorsionan” la comparación. El año pasado la autoridad tributaria recibió 41 mil millones de pesos por el sinceramiento fiscal. Sin contemplar esos recursos extraordinarios, ni los ingresados en 2016, las cuentas fiscales marcaron un incremento interanual del 29,2 por ciento frente al año anterior. Un desempeño similar se observa en la información mensual. En diciembre los recursos tributarios registraron una contracción del 14,6 por ciento contra el mismo período del año anterior, que en la lectura neta de los fondos provenientes del blanqueo resulta en una variación del 27,0 por ciento.
La mejora acumulada durante todo el año pasado refleja la heterogénea reactivación económica que alcanzó para empujar un 31,2 por ciento la recaudación por IVA para representar 1 de cada 3 pesos ingresados a las arcas del fisco en 2017. El titular de la AFIP, Alberto Abad, explicó que el impulso a los ingresos generados por el principal impuesto al consumo provino de los sectores de la construcción, las comunicaciones y los servicios. “Para nosotros es un número realmente significativo e importante. Empezó a reflejar durante este último semestre, sobre todo a través del IVA, el aumento en la actividad económica y el consumo”, consideró el funcionario. A pesar del deterioro en la estructura laboral registrado a lo largo de 2017, los recursos por aportes personales crecieron 31,2 por ciento y los provenientes de las contribuciones patronales aumentaron 30,8 por ciento. En diciembre esos impuestos vinculados a la seguridad social subieron 29,4 y 28,2 por ciento, respectivamente. “La presión tributaria baja des-pa-ci-to”, comentó el funcionario al referirse al impacto que tendría la reforma impositiva.
Los recursos por derechos de exportación alcanzaron los 66.121 millones de pesos en el año y marcaron una caída del 7,5 por ciento. El magro desempeño responde a una combinación entre la reducción de las alícuotas del gravamen de 2016 que será retomada este año y la caída en las cantidades exportadas. “La caída en los derechos de exportación se explica en gran parte por la retención de producción. Este año el stock de soja es 4 millones más elevado que el año pasado. Veremos cómo se comportan con el movimiento en el tipo de cambio”, expresó Abad al referirse al tradicional mecanismo de presión devaluatoria del sector agroexportador. Sin una reacción significativa en las exportaciones –precios o cantidades– o un nuevo salto cambiario, la rebaja de 0,5 punto porcentual mensual en los derechos de exportación (6 puntos en diciembre) la recaudación por retenciones seguirá mermando.
Entre los impuestos vinculados al comercio exterior, la recaudación correspondiente al IVA Aduanero trepó 33,2 por ciento en el año y 30,1 por ciento en diciembre. Las cifras expresan el sostenido proceso de apertura comercial que habilitó un acelerado ingreso de bienes de consumo del exterior. En tanto, la recaudación correspondiente a los derechos de importación escaló 25,3 por ciento en el año y 15,8 por ciento en diciembre.
En tanto, la recaudación por Bienes Personales registró un salto del 50,3 por ciento en diciembre frente al mismo período del año anterior y acumuló una suba interanual de 13,4 por ciento. Las mejoras nominales en los ingresos generados por el gravamen evidencian el incremento en la base imponible por el blanqueo que para bienes en el exterior escaló de 19.000 a 113.000 millones de dólares. El Gobierno proyecta para este año una disminución de los ingresos por el tributo a los Bienes Personales del 30 por ciento respecto del nivel estimado para 2017. La AFIP obtuvo 22.165 millones de pesos en 2017, mientras que los pagos de los sectores de mayor patrimonio en el país descenderán a 13.802 millones en 2018. Son 8363 millones de pesos menos. La caída de la recaudación de ese gravamen es el resultado de la decisión del Gobierno de reducir progresivamente la alícuota de tributación, que este año llegará apenas a 0,25 punto.
Durante la presentación de los datos en la sede del organismo, el funcionario reconoció que la devolución del 15 por ciento del IVA para los consumos con tarjeta de débito para jubilados que cobran la mínima y los titulares de AUH no muestra los resultados anunciados. “Funciona tranquilo”, expresó Abad al referirse al efecto de la medida implementada en junio de 2016. La baja efectividad se explica por el reducido nivel de utilización de la tarjeta de débito en el consumo de estos segmentos de la población. “Los resultados tardan 2 a 3 años porque esos contribuyentes no hacen sus compras con la tarjeta de débito, hay que tener paciencia”, consideró Abad. Desde la AFIP enfatizaron que desde el 31 de diciembre pasado los monotributistas de las categorías F a la K, alrededor de 408 mil contribuyentes, están obligados a aceptar tarjetas de débito.