El libro de Gloria Fuertes para niños y niñas
En julio pasado, la poeta de la voz ronca y la mayor colección de corbatines de la historia, Gloria Fuertes, hubiera cumplido cien años. Si bien llegó hasta los 81, un repaso por su biografía la hace sonar centenaria. La “poetiza de los niños” logró ese apodo después de alcanzar la fama en los 70 con el programa infantil más popular que tuvo la TVE, “Un globo, dos globos, tres globos”. Gloria era pacifista, se interesó por el medio ambiente mucho antes de que ser ecologista se pusiera de moda. Fundó la primera biblioteca ambulante con la que recorrió la España profunda. Fue redactora de humor en revistas femeninas y enseñó en universidades de todo el mundo. Antes de eso fue poeta censurada por el franquismo, administrativa de día en oficinas “donde trabajo como si fuera tonta, -pero Dios y el botones saben que no lo soy-”. Y de noche, cabecilla de tertulias y fundadora del grupo “Versos con faldas”. También escribió una versión feminizada de los Reyes Magos que nadie le perdonó y se inventó un dios propio al que le dejó, antes de morir, un mensaje escrito en las patas de la mesa de su casa. En la antología que reúne gran parte de sus escritos para niños está todo contado entre rimas. Figuran su infancia mísera en el barrio madrileño de Lavapiés; los versos dedicados a los chicos y chicas que se cruzaba por el barrio, las máquinas de escribir de las siniestras oficinas por las que pasó, que por las noches se humanizan y escriben cartas de amor. También, hay una cangura que termina trabajando cama dentro en una casa donde se la pretende niñera, aspiradora, bolsa de compras, baulera y florero viviente. Se narra además un romance breve con un tal Manolo y el día en que con treinta años se enamoró perdidamente de su profesora, a la que se la conoce como su gran amor, la hispanista norteamericana Phyllis Turnbull. Además de cuentos y poesías hay ensayos miniatura en los que Gloria reflexiona sobre temas como las fiestas, la lectura, los animales, las amigas. El libro de Gloria Fuertes para niños y niñas (Editorial Blackie) da cuenta exhaustivamente y en más de quinientas páginas de casi toda una vida contada con humor para chicos nada infantiles, con la pluma de la mujer que pidió que en su epitafio se la recordara con la certeza de que “ya creo que lo he dicho todo”.
Se consigue en: Librería de mujeres (Pasaje Rivarola 133) y online blackiebooks.org
Cuentos para una futura niñocracia
En el libro de Juan Pablo Sáez Gil hay tratados, cuentos, no cuentos, manifiestos e incluso alguna correspondencia para dar forma a una utopía, la niñocracia, un mundo en el que las cosas no son necesariamente lo que se espera de ellas. La oscuridad puede ser blanca como la nieve y el monedero de una jubilada puede tener la profundidad infinita del bolso de Mary Poppins. En una niñocracia como la de este libro de Editorial Muchas nueces los relatos no se escriben con teclados sino sobre las paredes, los patrulleros y los caparazones de las tortugas. El control del mundo ha estado en manos adultas durante… ¡siempre!, y así estamos…, gritan estas páginas. Pero cuando los niños lleven la batuta las reglas serán apenas maleables pautas de juego y la mirada surrealista, sentido común.
Se consigue en: La librería Ritualitos (Pieres 103), Mu Punto de Encuentro (Riobamba 143), la Libre (Bolívar 438), El globo rojo (Humahuaca 4028), Espacio Moebius (Bulnes 658), Librería FCE (Costa Rica 4568), Caleidoscopio (Echeverría 3568), Librería de mujeres (Pasaje Rivarola 133)
Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes
Doscientas páginas que recorren siglos. Cien mujeres que han contribuido a cambiar el mundo aparecen ilustradas a todo color, retratadas por la imaginación desbordada de sesenta artistas contemporáneas y narradas por Elena Favilli y Francesca Cavallo a partir de las escenas más jugosas de sus vidas casi siempre con foco en la niñez. Cuentos de buenas noches… (Planeta) traza un recorrido que no respeta los calendarios ni las líneas de tiempo, que cruza a Cleopatra con Virginia Woolf, a la joven activista paquistaní Malala Yousafzai con el pasado secreto de Julia Child -cuando desarrolló una receta a base de tiburón que ayudó a los Aliados a ganar la Segunda Guerra-, y a Coco Chanel con Coy Mathis, la nena trans estadunidense, que ganó ante la Justicia llamada “la batalla de los baños”. Hay bailarinas ciegas, espías soviéticas, heroínas afro, matemáticas griegas, inventoras, piratas y presidentas. Cien mujeres que en muchos casos no han tenido demasiada gloria en su tierra o en sus tiempos están aquí contadas para inspirar desobediencia en los niños de hoy y mañana.
La princesa guerrera
A pesar del ocaso de las monarquías, hay algo del discreto encanto de la nobleza así sea con olor a naftalina que no pierde su podio en el reino del juguete. En el universo infantil pensado en clave rosa sigue reinando un género de extendidísima tradición, que va de Blancanieves a Frozen. Y si bien se han actualizado algunos detalles en los últimos años, las princesas mantienen intacta la invalidez, la belleza en formato único como el más valioso atributo y la idea de que la completud llega invariablemente a través del pase mágico de un beso heterosexual. Pero en La princesa guerrera (Ed. Muchas nueces) el cuento es otro. Al costado del río una madre le cuenta a su hija la historia de un romance medieval: había una vez una princesa que no era ni frágil ni casadera sino experta en esgrima y era temida por los nobles y monarcas de la región. Muy cerca de ahí, en el bosque impenetrable, vivía una pelirroja y valiente cazadora. Después de un intercambio de ofrendas -entre ellos, la frondosa y encendida cabellera de la cazadora- ambas se enamoran. Sin para-siempres ni perdices, el libro de Amalia Boselli, con ilustraciones de Bellina, retoma en clave de cuento maravilloso la fuerza del flechazo a primera vista. Otra historia de amor, que continuará.
Fibra, juguetes para cuenterxs
Kamishibai, que quiere decir “espectáculo ilustrado”, es un teatro de papel portátil y designa también una manera de contar cuentos ocultando a quien narra detrás de láminas con dibujos que se deslizan a través de una caja de madera mientras la historia avanza. La propuesta de Fibra, juguetes para cuenterxs es una invitación a que sean los propios niños los que creen y narren sus historias. El juguete además de un teatro de mesa incluye láminas creadas por la dupla que componen Jazmín Zapata (autora) y Carolina Giménez (diseñadora), que recuperan antiguos cuentos como una adaptación de la leyenda guaraní “Ñandutí”, y de la leyenda africana “La sabiduría de todos”, entre otras narraciones milenarias de transmisión oral de pueblos originarios, que aquí aparecen livianos de estereotipos y aggiornados a los tiempos que corren. Fibra es un laboratorio de micro-relatos que caben en una valija, una caja de herramientas para que cada niño le de forma su mundo aparte.
Facebook: FIBRA juguetes para cuenterxs
Juguemos Juanito
Cada vez que al educador italiano Francesco Tonucci le preguntaban cuál era el mejor regalo para un chico, el autor de Cuando los niños dicen ¡Basta! respondía: “Lo mejor es un kilo de barro, no es nada y puede serlo todo”. Algo de esto habrá inspirado a Ludmila Baez, la creadora de Juguemos Juanito, para hacer sus muñecos artesanales con telas que hubieran tenido por destino ser basura (materiales de descarte textil) y maderas recicladas (principalmente de palets). Esto hace que no haya dos iguales, cada muñeco es irrepetible. El hit más pedido se llama “Juanitx”. Se trata de una caja de herramientas para construir un muñeco con algunos rasgos humanos muy básicos pero que a partir de los deseos del niño se puede volver humano, monstruito, animal o todo eso junto. “Es básico, blanco, liso y no da posibilidad a la bajada de línea de parte de los adultos. Viene dentro de una caja de herramientas con telas, botones, marcadores, hilos de colores”. También hay muñecos de bigote pintado y corbatín (el favorito de muchas nenas), un monstruo en construcción (que se llama Diego Armando), espaditas de madera y verduras mullidas. Al empaquetado lo hacen trabajadorxs de la economía social recuperando diarios y revistas. “Cuidamos además que las telas no provengan de talleres que tengan trabajo esclavo, sino, por ejemplo, de cooperativas que sabemos cómo trabajan”, dice Ludmila. También para muchos de los juguetes hay una promoción 1x1: esto significa que por cada juguete que venden otro se dona a comedores y escuelas.
Contacto: juguemosjuanito@com / @juguemosjuanito / Facebook.com/juguemos Juanito
Zomba, enlazadora de mundos
No se sabe cómo pero de pronto, en las primeras páginas de este libro con estética de Día de Muertos, el protagonista se entera de que su compañerita Zamba “se fue para siempre” y es por eso que el nombre de la niña muta para para dar cuenta de su pasaje al mundo de los no vivos. Zomba es una niña zombie que se hace la misteriosa y es la campeona mundial de los gritos escalofriantes y las caras de monstruo. Escrito por Melocotón e ilustrado por El Cometa Ludo, Zomba es un libro álbum, lleno de ofrendas, espíritus, amor mutante, cometas, calaveritas, chocotortas, semillas de las que brotan rituales y formas colectivas de afecto aun después de la muerte. ¿Por qué escribir un cuento sobre una nena que se muere? Responde su autora: “porque es un tema no muy tratado en la literatura infantil. Sí hay libros sobre casos más bien prácticos como ‘Murió mi perrito, ¿qué hago?’ o ‘¿Dónde está el abuelito?’, que funcionan más como herramientas pensadas para resolver un problema de los padres (que es hablar de la muerte con los hijos) que como libros para los chicos”. Zomba (Ed. Muchas nueces), dice Melocotón, ofrece una cosmovisión sobre la muerte no en un sentido pedagógico “en el que los adultos le explicamos a los chicos cómo se atraviesa un duelo desde nuestra experiencia. Sino lo contrario: tratar de ver cómo los chichos viven ciertos procesos de modos distintos a nosotros”. Después de la muerte de la niña, sus amigos le van llevando regalos, recuerdos, cosas que han compartido con ella” y descubren nuevos modos de comunicarse con su versión zombie o con su recuerdo.
Se consigue en: La librería Ritualitos (Pieres 103), Mu Punto de Encuentro (Riobamba 143), la Libre (Bolívar 438), El globo rojo (Humahuaca 4028), Espacio Moebius (Bulnes 658), Librería FCE (Costa Rica 4568), Caleidoscopio (Echeverría 3568), Librería de mujeres (Pasaje Rivarola 133), Oasis cuentos para niñxs ([email protected]).
Coopolis
Desarrollado por la cooperativa Factorial, Coopolis es un juego de mesa de recorrido donde todos los jugadores gestionan una cooperativa. Todos los participantes deben colaborar para fundar y llevar adelante la empresa. El que gana no es el que concentra más dinero y propiedades, sino que se gana como colectivo: todo el mundo triunfa (si se consigue realizar una segunda cooperativa) o todos pierden (si entran en banca rota). Través de juegos conocidos como el “dígalo con mímica”, el “Tabú” y “Dibújalo si puedes”, los participantes se ven de pronto frente a situaciones ante las que tienen que tomar decisiones. A los jugadores les pueden tocar distintos roles, que también son cambiantes, como ser mujeres solteras, con hijos, sin hijos, un jubilado, un inmigrante que envía cierto monto por mes a su país de origen. A diferencia del Monopolis, según explica Mariana Comellini de Factorial, que acaba de inaugurar juguetería propia en Barracas, “Coopolis propone otra forma de vincularnos. En lugar de tener que ganarle al otro o arruinar al otro, el otro aparece como alguien con el que se puede cooperar, al otro se le puede escuchar. Al trabajar con otras personas se pueden alcanzar mejores objetivos”.
Contacto: [email protected]
Facebook: mundoCoopolis
Un regalo de cuento
Este audiolibro (libro + disco) es una ventana al universo de Lea, una nena distraída que, con su mirada sagaz recrea a cada paso el camino que recorre de la escuela a su casa mientras piensa qué regalarle a sus madres. El libro está escrito por Mariana Muscarsel Isla e ilustrado por Lucila Adano, y el disco tiene música original compuesta por Mariana y Santiago Adano, con canciones que son un manifiesto contra la delicadeza, la letra prolija, entonadas por pandillas de niñas futboleras y monstruas con espalda peluda, e interpretadas por Paula Maffía y Susy Shock. Y una yapa sobre esta última: tras un éxito de ventas (dos mil ejemplares en ocho meses) la editorial Muchas nueces acaba de reeditar Crianzas, con las historias que esta tía trava y embajadora de la copla queer le cuenta a su sobrinito Uriel.
Se consigue en: Mu Punto de Encuentro (Riobamba 143), la Libre (Bolívar 438), El globo rojo (Humahuaca 4028), Espacio Moebius (Bulnes 658), Librería FCE (Costa Rica 4568), Caleidoscopio (Echeverría 3568) .