El gobierno de Cambiemos, máxima autoridad jerárquica del gendarme Emmanuel Echazú, consideró que no existe “ninguna restricción legal o reglamentaria” y lo ascendió al grado inmediato superior de su promoción, es decir alférez. Esto es, la condición de único imputado en la causa penal por la desaparición y muerte de Santiago Maldonado resultó un detalle irrelevante para la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a la hora de incluir al gendarme en los ascensos, publicados en el Boletín Oficial. Echazú se presentó en el expediente luego de que PáginaI12 publicara que los investigadores pretendían determinar si acaso la herida en su rostro había sido producida por los piedrazos de los mapuches, como dijo él, o pudo haber sido hecha por Maldonado en su defensa durante la represión a la protesta en Cushamen, el 1 de agosto. La familia del joven exigió que la decisión oficial sea revocada, en un comunicado que tituló “Impunidad en ascenso”.
Echazú fue fotografiado subiendo una barranca con un arma larga en su mano, a metros del lugar donde Maldonado fue visto por última vez con vida. Podría decirse que está a ambos lados del mostrador porque en otra causa abierta por el corte de ruta pretende ser querellante aduciendo que fue herido por los manifestantes, en tanto la fiscalía federal de Esquel ratificó que en la causa por la desaparición forzada de Santiago está en condición de “imputado” (ver aparte).
En su sitio web los Maldonado indicaron que la decisión es “como mínimo prematura porque se encuentra en curso una investigación sobre la responsabilidad de ese y otros agentes en un caso gravísimo como el de la desaparición y muerte de Santiago”. Y agregaron: “El ascenso de un agente en esas condiciones resulta impropio y desaconsejable, ya que podría suponer cierto aval a prácticas represivas ilegales y una provocación a los familiares de las víctimas”. Por esos motivos expresaron que “la resolución debe ser revocada en cuanto a los gendarmes bajo investigación y así lo exigimos”.
Para Gendarmería tampoco hubo ninguna “irregularidad” que impidiera el ascenso de Echazú, quien mintió sobre su ubicación en el escenario represivo de aquella mañana, cuando cuatro escuadrones reprimieron en el territorio recuperado la protesta por la libertad de su lonko, Facundo Jones Huala, con un breve corte de la ruta 40.
En las declaraciones internas ante Daniel Barberis, secretario de Violencia Institucional del ministerio de Seguridad, el 16 de agosto Echazú asegura haber identificado al cabo Darío Zoilán, pero también divisa a otros que se encontraban en la orilla del río. Sin embargo esos “otros” aseguran, en sus declaraciones ante el juez Guido Otranto, no haber visto a Echazú en el río. Además de las contradicciones en que incurrieron, finalmente fueron desmentidos no solo por las fotos y videos del operativo sino por una de sus pares: La gendarme Yanina Saldaño, encargada de la toma de imágenes, dijo que el sargento Orlando Yucra sacó fotos al herido Echazú “que estaba cerca del río”.
Habla Echazú
“Si Maldonado se entregaba estaría vivo”, dijo el ascendido gendarme al diario Clarín, que así tituló la entrevista publicada en la edición en papel el 3 de diciembre. Parecía casi una confesión de parte, por lo cual la versión digital fue modificada: “Si lo hubiéramos visto ahogándose lo habríamos ayudado”. Según la nota, “el gendarme detalla que fue impactado por una piedra estando afuera del predio” en Cushamen. Es un dato clave en la causa Maldonado porque su lesión representa uno de elementos de peso para alegar, por parte del Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich, que hubo un ‘delito en flagrancia’”. Sin embargo, del expediente surge que Echazú fue herido cuando ya habían decidido avanzar hacia el predio a cazar a los manifestantes. Lo dice el propio Echazú en el acta de procedimiento que firmó a las 15:30 del 1º de agosto. “En el momento de ingresar al predio, dos (2) efectivos de la fuerza recibieron impactos de piedras”. Echazú era uno de los que lideraba el ingreso. Ya había cesado el corte de ruta, o sea que el operativo que terminó con la muerte de Santiago fue totalmente ilegal.
El premiado alférez mantuvo un diálogo revelador con su compañero de armas Daniel Gómez, a las 14.09 del 31 de julio:
Gómez: No la llames (a la secretaria del juez). Esperemos el oficio. Yo lo que voy a poner ahora es que hablé con vos, que vos me dijiste que hablaste con la Silvina Salvaré, que manifestó que en breve enviará un oficio “para actuar en consecuencia…
Echazú: …en caso de ser necesario.
Gómez: Exacto. Después yo me cubro con el tema del tiempo que no hice un carajo… Vos conseguime todas las escopetas esas, y las que yo tengo acá y te despejo la ruta, no tengo drama. Cuando forme 50 negros con escopetas atrás, ni bola que van a revolear piedras estos. A la nuca…
Echazú: Listo, listo.
Gendarmería finalmente conseguiría el oficio. Aunque no sería para ingresar al territorio sino sólo para despejar la ruta.