El gobierno tucumano aseguró al padre de Natalia, la médica fallecida en un vuelo de parapente, que el control de ese deporte no es su potestad, y que “no tiene responsabilidad porque es una actividad regulada por la ANAC (Asociación Nacional de Aviación Civil) pero que iban a hacer todo lo necesario para que se esclarezca la causa y se revisen las condiciones de seguridad”, contó el propio Juan José Vargas a este diario. Mientras la empresa tucumana de parapente Loma Bola descarga la responsabilidad en el instructor Ariel Salazar, que acompañaba en vuelo a la mujer que murió al caer por una falla en el procedimiento de seguridad, Vargas añadió que el ministro de Gobierno y Justicia, Regino Amado, le aseguró “que Salazar no figura en el registro de pilotos”. Luego de la reunión con el ministro, añadió Vargas, “quedó claro que no hay control en un actividad que promociona el gobierno”.
Ayer por la mañana, los ministros de Gobierno y Justicia, Regino Amado, y de Seguridad, Claudio Maley, se reunieron con Vargas para transmitirle la preocupación del gobierno tucumano por el caso y para “aportar los recursos necesarios para asistir a la familia y a la justicia”. Los funcionarios, además, facilitaron el contacto de la Comisión de Accidentes de la Fuerza Aérea, organismo nacional que depende de la ANAC, con la fiscalía que instruye la causa.
Del encuentro también participaron el intendente de Concepción (de donde era oriunda Natalia Vargas), Roberto Sánchez; funcionarios de la cartera de Trabajo e integrantes del Cuerpo Especial de Rescate y Operaciones (CERO), que intervinieron en el caso.
Para Vargas, el encuentro “fue bueno”, ya que salió con la convicción de que “a partir de la reunión van a comenzar a ocuparse del tema”. Sin embargo, también aseguró que, tras la reunión, tiene la convicción de que “no hay control de ningún tipo. Ellos (el gobierno) me dijeron que no tienen responsabilidad, que es la Fuerza Aérea la que regula, pero sin embargo es una actividad que promociona el gobierno provincial”, explicó en referencia a que en el sitio web lomabola.com.ar el gobierno de Tucumán aparece como auspiciante.
“También les dije que no se había hecho nada en el plano judicial. No llamaron a declarar todavía al instructor, a pesar de que admitió que hubo fallas en la seguridad, y a las filmaciones que aportamos, de amigos de mi hija que estuvieron ese día. El parapente es un negocio que deja mucha plata y en el que no se gasta un peso en seguridad”, remarcó.
Pero el dato más significativo de la reunión y que la justicia deberá corroborar, señaló, es el que le transmitió Amado: que Salazar “no está registrado como piloto”. Según la Federación Argentina de Vuelo Libre (FAVL), que reglamenta la actividad en el país, toma exámenes y otorga licencias de piloto en sus distintas categorías, estar registrado es un requisito necesario para todo instructor de vuelo.
Tras la reunión con los funcionarios, Vargas mantuvo un encuentro con la fiscal a cargo del caso, María del Carmen Reuter, a quien pidió “que actúe con celeridad” y llame a declarar a Salazar, a Eduardo Deheza (manager de Loma Bola) y a los testigos. “Se declaró la causa asunto de feria judicial y la fiscal se comprometió a llamar a los instructores en los próximos días y a tomar las medidas necesarias para que avance la investigación”, aseguró el padre de la joven de 28 años fallecida el viernes pasado.
En tanto, Eduardo Deheza, a quien la joven contrató para el vuelo y quien delegó el viaje en Salazar, volvió a cargar desde el club contra el instructor –el miércoles lo había hecho Sergio Bujazha, señalado como dueño de la empresa–. Deheza aseguró que “la principal causa del accidente fue la omisión por parte del piloto en el momento de preparar al pasajero. “La falla estuvo en no “anclar las cintas de seguridad siendo el piloto, en definitiva, el responsable de acuerdo a la lista de chequeo preestablecida”, escribió Deheza en la cuenta de Facebook de Loma Bola Parapente.
Vargas sostuvo que “el club se esta lavando las manos y sigue funcionando como si nada hubiera pasado. Sólo están defendiendo su negocio”.
Y aunque sostuvo que Salazar es un eslabón de una cadena mal organizada, también le apuntó: “Después de aterrizar tuvo la sangre fría para hacerse asesorar con un abogado en lugar de ayudar a los equipos de búsqueda a marcar el lugar donde podría haber caído mi hija. Un rato después volvió y le dijo a la policía que le había dado un ataque de pánico y por eso se soltó del equipo”, denunció.
Vargas aclaró que no está en contra de que se practique parapente ni en contra de los instructores, “al contrario, me parece un deporte hermoso y espero que a partir de este accidente se pueda volar en mejores condiciones de seguridad”.