Lionel Messi podría quedar libre del Barcelona si Cataluña consigue su independencia política, según una cláusula secreta impuesta en el nuevo contrato que se suscribió entre el jugador y el club, en noviembre último.
La información fue revelada ayer por el diario El Mundo de España, y apunta que la eventual permanencia del delantero del seleccionado argentino sólo estaría garantizada en caso de que Barcelona siguiera compitiendo en la Liga, o si se incorporara a los campeonatos de Inglaterra, Alemania o Francia. De todos modos la primera opción, la de continuar en el torneo español, está expresamente prohibida por la actual Ley del Deporte en ese país.
Esa normativa, en su artículo número 6, establece que “para la participación de sus miembros en actividades o competiciones deportivas oficiales de ámbito estatal o internacional, las federaciones deportivas de ámbito autonómico deberán integrarse dentro de las federaciones deportivas españolas correspondientes”.
Sin embargo, Barcelona afirmó a la agencia alemana DPA que no incluye cláusulas vinculadas a la situación política en Cataluña. “Los contratos del Barcelona no incluyen temas políticos. El marco laboral y el derecho de los trabajadores ya garantizan ciertas cuestiones a todos los futbolistas como a cualquier trabajador”, apuntaron desde el club. Si Cataluña se estableciera como república, su Federación ya no representaría a una autonomía española y, por lo tanto, no estaría integrada en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
El presidente de la Liga española, Javier Tebas, ratificó esa situación en los últimos meses desde que el pueblo catalán votó por el “Sí”, en el referéndum por la independencia política, celebrado el 1º de octubre del año pasado. “Sólo un Estado no español puede jugar la Liga o competiciones oficiales españolas, y es Andorra”, precisó el presidente de La Liga.
La eventual exclusión del torneo de España también tendría su correlato en continental, pues Cataluña debería pedirle a la Unión Europea de Fútbol Asociado (UEFA) la aprobación de una liga catalana, para acceder a través de ella a la Champions League o la Europa League.
En la negociación del contrato con Messi, Barcelona aceptó la imposición de la cláusula de libertad sin reclamar la cláusula de rescisión fijada en unos 700 millones de euros. El club entiende que la circunstancia de la independencia constituiría una alteración sustancial del contrato, y de esa manera la obligación de permanecer en el Barcelona desaparecería.
En la misma situación quedarían el resto de los jugadores del plantel, por lo que el club aceptó en ningún caso estaría obligado a continuar en la entidad si pasara a integrarse en una liga conformada exclusivamente por equipos catalanes.
En ese supuesto rige un principio fundamental del Derecho Internacional, la cláusula “rebus sic stantibus” (estando así las cosas, en latín), que permite la revisión de los contratos cuando concurren circunstancias nuevas respecto a las que existían en el momento de la firma del acuerdo.
De esa forma, la ruptura del equilibrio del contrato lleva aparejada su caducidad, por lo que Messi sólo permanecería en caso que Barcelona se mantuviera dentro de una liga de primer nivel en Europa.
El nuevo contrato entre Barcelona y Messi establece una prima de fichaje de 100 millones de euros brutos a repartir durante las próximas temporadas. Esta cantidad sumada a la ficha le permitirá percibir 35 millones netos al año, un 70 por ciento más que el portugués Cristiano Ronaldo.
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