Recientemente afirmó que el oficio de economista ha sido ganado por la estrechez de mente y está hecho para no pensar ¿Qué parte le compete a la universidad y que parte al poder económico?
–Observo que los estudiantes solo salen sabiendo medir, con proyecciones que son muy sólidas desde el punto de vista matemático, pero que no explican nada. Por eso, cuando se les pregunta el sentido de esas mediciones, no tienen la menor idea de qué decir. Miden la pobreza, pero la soslayan como un elemento colateral del mercado, sin entender que la pobreza se fabrica. Y eso es porque se abandonó el cuerpo teórico de la Teoría del Desarrollo, para cambiarla por el crecimiento económico, y luego por el mercado, Y la lógica financiera sin dudas juega mucho en esto, porque el cuerpo académico está perforado por esta manera de entender las cosas. En la UNAM somos una minoría arrinconada y que se achica cada vez más. Pero en muchas universidades europeas ya no se puede hacer nada por fuera de la ortodoxia. Lo peor es que lo que enseñan ni siquiera da como resultado modelos de crecimiento económico, porque en Europa y Estados Unidos les va pésimo, pero igual se sigue estudiando allá para aplicar acá, además de no visibilizar las diferencias entre cada país