PáginaI12 En Francia
Desde París
2017 terminó con una polémica y 2018 se inició con una tormenta. La decisión de la prestigiosa editorial Gallimard de reeditar los textos antisemitas más virulentos del autor de Viaje al fin de la Noche, Louis Ferdinand Celine, levantó un muro de oposiciones de todo tipo debido al carácter odioso de estas obras escritas entre 1930 y 1940. Se trata de tres libros cuya publicación fue autorizada por la viuda de Celine, Lucette Destouches: «Bagatelles pour un massacre», «Les Beaux draps» y «L’Ecole des cadavres». Desde que trascendió el proyecto de reedición se sucedieron los reclamos de censura, las reprobaciones, la intervención de especialistas e historiadores y hasta hubo una advertencia del gobierno francés dirigida a la editorial. Entre otros argumentos, los partidarios de Celine y, por ende, favorables a la publicación de los tres textos, alegan que en Alemania se ha reeditado la obra de Hitler, Mein Kampf (Instituto de Historia Contemporánea de Múnich, 2016), los diarios de Goebbels, Rosenberg y el horrendo Dienstkalende de Himmler, o sea, los escritos de los responsables de los crímenes de masa más espantosos que se hayan cometido en Europa en el Siglo XX. Sus adversarios, en cambio, resaltan la violenta identidad anti judía de estos tres libros de Celine en un contexto de la historia contemporánea marcado por racismos múltiples. Un grupo de historiadores se pronunció en contra de esta decisión. En las páginas del semanario Le Nouvel Observateur argumentan que “en la Francia de 2018 el antisemitismo no es un mal recuerdo sino una realidad criminal, donde la confusión ideológica que gangrena a menudo el debate público favorece la propagación de este odio más allá de los grupos antisemitas patentados. Hubiésemos podido pensar que un acuerdo mínimo se plasmaría entre editores, responsables políticos, expertos y ciudadanos para que se juzgase como nefasta la reedición, con una cobertura prestigiosa, del más monstruoso de los textos de odio antijudío”.
La editorial Gallimard mantuvo pese a todo el proyecto de publicación de los tres libros bajo el título “Escritos Polémicos”. Según Gallimard, “se trata de “encuadrar y ubicar en su contexto estos escritos de una gran violencia, marcados notablemente por el odio antisemita del autor”. En un primer momento, el Ejecutivo pidió “garantías” al editor. Frédéric Potier, delegado interministerial encargado de la lucha contra el racismo, el antisemitismo y el odio anti LGBT, citó al editor, Antoine Gallimard, y a Pierre Assouline, un experto que escribirá el prólogo de la reedición. Potier exigió que la obra contará con un aparato crítico de alto nivel científico. Este domingo, el Primer Ministro Édouard Philippe aclaró su posición. Philippe dijo: “no tengo miedo de la publicación de esos panfletos, pero habría que acompañarlos con seriedad”. Acompañamiento implica que se siga el ejemplo alemán en donde los libros de este tipo fueron respaldados por un frondoso aparato crítico. Édouard Philippe volvió a sacudir la polémica con su posicionamiento, sobre todo cuando se refirió “al lugar central de Celine dentro de la literatura francesa”. El abogado Serge Klarsfeld, presidente de la asociación de Hijos e Hijas de deportados en Francia y una de las figuras de proa del antisemitismo, cuestionó la posición del jefe del Ejecutivo. Klarsfeld declaro que era muy “probable que el Primer Ministro nunca haya leído ni una sola página de esos abyectos panfletos antisemitas, de lo contrario no habría utilizado el argumento del “lugar central de Celine en la literatura. Estos libros de Celine estaban proscriptos pero se los podía conseguir clandestinamente, sea en algunos de los kioscos de libros usados que están junto al río Sena (los bouquinistes), sea en las librerías de la extrema derecha. La probable reedición de Bagatelles pour un massacre, Les Beaux draps y L’Ecole des cadavres es doblemente polémica. Por un lado, expone la posición que Celine ocupa en la literatura, a la vez genio para algunos o escritor proscripto para otros por encima de su genialidad. Celine es dos cosas al mismo tiempo: un clásico y un infrecuentable. Genio y encarnación del mal. Las obras en cuestión son inobjetablemente nauseabundas. Así mismo, la historia moderna ha vuelto a reactualizar formas extrema de la xenofobia y no sólo contra los musulmanes. Como lo recuerda Serge Klarsfeld en una entrevista publicada por Le Nouvel Observateur, “estamos en un momento decisivo en Francia. Los judíos se hacen atacar e incluso matar porque son judíos. (…) Vivimos el resurgimiento de un antisemitismo al estilo de los años 30, con las mismas tesis complotistas, los mismos prejuicios según los cuales el judío es rico, poderoso, y la fuente de todos los males”.
Louis Ferdinand Celine escribió Bagatelles pour un massacre luego de que se publicara su obra maestra, Viaje al fin de la noche y su otra gran obra, Muerte a Crédito. El libro apareció en 1937 con el sello de la editorial Éditions Denoël, quien lo retiró de la venta en 1939 luego de que se vendieran 75 mil ejemplares. Denoël lo reeditó en plena ocupación nazi, 1942 y 1943, y el libro fue un best seller. Con Bagatelles Celine sepultó su imagen y desde entonces se convirtió en la bandera del intelectual antisemita, pro nazi. El ejecutor testamentario de Celine, el abogado François Gibault, argumentó en la prensa que, ante la publicación de otros panfletos anti semitas (Los escombros, de Lucien Rebatet, 2015) y la escasa reacción que estos habían suscitado “me dije que la época había cambiado”. No cambió ni la época ni se borró la memoria. Muchos se interrogan también sobre los fundamentos de la decisión de la viuda de Celine y su capacidad para tomar decisiones a la edad de 105 años. La edición francesa tendrá mil páginas donde estarán, además de “Bagatelles pour un massacre”, los panfletos “L’École des cadavres”, “Les beaux draps” y los textos “Mea culpa”, “Hommage à Zola” y “À l’agité du bocal”, un escrito dedicado a Jean-Paul Sartre. El fondo de la noche del antisemitismo, la exterminación de los judíos en los campos dela muerte, la ocupación, el colaboracionismo y el papel que desempeñaron muchos intelectuales franceses bajo la ocupación nazi vuelven a surgir ahora con la reedición de estos textos de un hombre cuya obra, o al menos parte de ella, participó de una empresa criminal y de un acto de barbarie colectivo que ninguna genialidad puede dejar en el olvido y de las cuales ningún autor se redime.