¡Qué jugador el Pedro Saborido! El guionista de Peter Capusotto y sus videos se mueve con excelencia en todas las canchas, en las que actúa desde hace tres décadas con su agudo humor y su talento. También en la literatura deportiva el tipo la gasta, como lo demuestra su reciente creación “Una historia de fútbol”, que publicó Planeta en una colección de El Caño. El libro, desopilante y loquísimo desde la portada, se presenta así: “43 cuentos, 18 testimonios, 99 personajes inciertos, 12 circunstancias discutibles, cinco episodios inverosímiles jamás contados, cuatro heridos, dos de muzzarella, tres de faina, seis cortados mitad y mitad, un almendrado y coso”.

Los nombres de algunas de los capítulos prometen mucho: “La gambeta más larga del mundo”, “Usté es usté”, “Encuentro con un ídolo”, “Un foul te puede cambiar la vida”, “Aquel hijo de mi putas”, “El equipo que más veces salió a la cancha”, son solo ejemplos sueltos.

Juegan en las páginas de este libro, que se lee de un saque (ideal para la temporada veraniega y sucesivas), entrañables personajes entre los que se adivina siempre, el legado del Negro Fontanarrosa, de Area 18 y el Osvaldo Soriano del Mister Peregrino Fernández.

Saborido dice que es hincha de Racing y que sabe poco de fútbol, pero no parece cierto, al menos esto último. En sus textos se ríe del poder, de los academicismos, del periodismo deportivo banal, y de los clichés del fóbal y hace desfilar magistralmente a sus deliciosas escrituras. Algunos casos: 

Un tipo que lo acusa de todo a un Pelé que resulta ser falso.

Un técnico que somete a sus jugadores a los más tremendos escarnios para que templen su espíritu.

Otro entrenador que da insólitas charlas técnicas a sus dirigidos poponiéndoles que jugaran un 4-9-11-2-34-2-3-7, y remarcaba con un “¿Ekoy?” (no sabía decir okey) cada una de sus intervenciones.

Un increíble periodista del que se dice que es el que lustró con el ojete la mayor cantidad de más tablones del ascenso.

Un wing que le ganó una carrera en ojotas a una Gilera 500.

Otro que era vendido cada 15 minutos con el blindaje periodístico.

Uno, mencionado a la pasada, que abusó sexualmente de un Fiat Duna.

Para que todo lo que se dice aquí quede más claro se reproduce a continuación el capitulo titulado “El locutor de tandas más rápido del mundo”:

“El doble de riesgo de Victor Hugo Morales, que también sabe de radio, nos recuerda a un notable trabajador de las transmisiones deportivas.

-De todos los que vi pasar por una cabina de transmisión yo recuerdo a uno, Jorge del Marzo. 

El locutor de tandas de fútbol más rápido del mundo. Sorprendió a todos cuando hizo su debut, hace ya tiempo, en un Chicago-Morón.

En una tanda, dijo:

La entrepierna pica y pica,

es un hongo,! asi se expplica!

Fuerahong, se verifica,

Tu entrepierna,! lo suplica!

¡Fuerahong! ¡pomada!

¡Pedila en tu farmacia!

Locutó este texto en tan solo “1,24” (o sea un segundo y 24 centésimas. No sé si está bien escrito asi, pero tampoco me importa). Se convirtió entonces en el locutor de tandas estrella. Era capaz de meter tres avisos en el tiempo en que una pelota era impulsada desde el córner hasta que empezaba a caer en el área.

Su rapidez fue aumentando partido tras partido. Aclamado y desafiado a seguir corriendo los límites de la velocidad oral, leyó en voz alta todo “Crimen y Castigo”, de Dostoievsky, durante un cambio de jugadores.

Su habilidad siguió fascinando al público. Sigue trabajando, pero ya nadie se da cuenta: ha logrado que por su vertiginosa rapidez, sus locuciones sean inaudibles para el oído humano.

Aunque su mensaje en forma subliminal, logra llegar. Mucho dicen que constantemente, sin ser percibido, sus locuciones se emiten en todo tipo de transmisiones deportivas o no. Esto se sospechó cuando, después de un Tedeum en la Catedral de Buenos Aires, los fieles salieron raudos hacia los kioscos de la zona y arrasaron con los stocks de alfajores Capitán del Espacio.

Quizás ahora su voz nos esté llegando. Y sin darnos cuenta nuestro próximo consumo lo haya decidido él.

En una de esas, es más parte de nuestra vida de lo que podamos suponer.

Tengo más recuerdos de gente de radio. Pero no los voy a decir ahora”.