A Michelle Mendoza
£Si Evita viviera, sería trava.
Volvería y sería millones, millones de travas.
Con los mismos tacos que usó acá en Rosario en el Teatro Odeón.
Con las mismas flores que decoró su pocilga dando su primer adiós.
Evita caminaría los barrios como Michelle.
Sabría las marcas que cada trava esconde bajo su piel.
Las Singer se repartirían como preservativos en la Zona Roja.
Auxiliaría compañeras que de madrugada tocan timbre porque llegan rotas.
Sería tan madraza que todas dormirían en su propia cama.
Eva tampoco dará a luz un hijo, ¡Eva ya parió a todas las travas!
La lengua de Evita les llegó mordaz, picarona, decidida y resolutiva.
También chupapija de sementales porque así de erótica es la propia vida.
Eva se indignaría con la Academia que deja sola a lo Territorial.
Por eso manda a la propia Miya para que con Política las pueda untar.
Michelle Mendoza es cuadro político enviado por Eva para profundizar.
Una misión que hoy se convierte en resistencia porque las travas en la villa se le están muriendo ya.
Eva volvé, te lo suplico, por favor volvé, y salvá estas vidas,
que el ajuste ideológico empezó por ellas: se están muriendo de hambre y sida.
Así como vos con el "Viva el cáncer", lo que padecen ellas tampoco aún tiene cura.
Pero tu regreso sería ya un milagro, ahora que la represión está mucho más dura.
Si Evita volviera, estoy seguro, gozarían de derechos como personas.
Hoy a la dignidad se la están mofando cuando hasta las dejan sin sus hormonas.
La ecuación es fácil, queridos macristas: si no hay pan, no hay paz,
aumenta la droga y la delincuencia, el gatillo que mata es la institucionalidad voraz.
Si Evita viviera, militando estratega, caminaría su hogar de marginada villa.
Sería trava, sería hermosa, sería así como hoy es la Miya.