Al menos 24 civiles, entre ellos 10 niños, murieron ayer en Siria por ataques aéreos y disparos de artillería en Guta Oriental, enclave rebelde cerca de Damasco bombardeado de manera cotidiana. Los ataques coincidieron con la primera visita al país del nuevo coordinador humanitario de la ONU, Mark Lowcok. Los bombardeos más sangrientos fueron contra la localidad de Hamuria, donde 13 civiles, entre los cuales 7 niños, murieron, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), que acusa de los ataques sangrientos en la región al régimen sirio y a su aliado ruso. Más de 80 personas resultaron heridas además en los ataques aéreos y de tierra contra la zona, situada al este de Damasco. Imágenes de la organización de rescate Cascos Blancos mostraron cómo las víctimas, entre ellos niños, eran sacadas de entre las ruinas. Los activistas opositores del Centro de Medios de Guta acusaron a las Fuerzas Aéreas rusas –que apoyan al gobierno sirio en la guerra civil– de haber utilizado bombas antibúnker.
La violencia aumentó en los últimos días en la zona rebelde de Guta Oriental, después de que rebeldes islamistas cercasen un puesto del ejército sirio. Según los activistas, aviones de combate sirios y rusos están llevando a cabo intensos bombardeos allí desde hace días y desde finales de diciembre murieron más 140 civiles.
Por otro lado, el ejército sirio aseguró ayer que Israel lanzó el martes tres ataques contra posiciones cerca de Damasco. Aviones de combate israelíes lanzaron misiles cerca de la capital y uno de los ataques fue iniciado desde el espacio aéreo de Líbano, explicó el ejército. También que se dispararon misiles de tierra desde los Altos del Golán, ocupados por Israel. Según el OSDH, la ofensiva alcanzó posiciones del Gobierno sirio y un depósito de munición de la milicia libanesa Hizbolá al noreste de Damasco, causando grandes daños materiales.
Los analistas creen que la mayor parte de esos ataques lanzados desde Israel se dirigen contra la milicia chiíta Hezbolá, que apoya al gobierno sirio y está considerada enemiga de Israel. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó ayer que su país mantiene “desde hace años la política de evitar la entrega de armas desde territorio sirio a (la milicia libanesa) Hezbolá que destruye el equilibrio estratégico. Esa política no cambió y si es necesario la implementaremos con operaciones militares”, añadió.
Estos nuevos ataque coinciden con la llegada a Siria de Lowcok, en su primera visita al país desde que asumió el cargo de coordinador humanitario de la ONU, en mayo pasado. Su predecesor, Stephen O’Brien, viajó a Siria por última vez en diciembre de 2015. Lowcok llegó ayer a Damasco, donde se reunió con el ministro de Exteriores, Walid al Muallim, y con representantes de organizaciones humanitarias, según informó una portavoz de la ONU. Durante los tres días de su visita también viajará a la ciudad de Homs, controlada por el Gobierno, donde mantendrá un encuentro con civiles. La situación humanitaria sigue siendo dramática en muchos puntos de Siria. Unas 400.000 personas están aisladas en una zona controlada por los rebeldes al este de Damasco, mientras que decenas de miles de personas huyeron del noreste del país en las últimas semanas debido a los combates y ataques aéreos. El conflicto en Siria ha causado más de 340.000 muertos y provocado una grave crisis humanitaria en el país, donde Lowcock, inició una primera visita. El objetivo de la visita es “ver por él mismo el impacto del conflicto en los civiles, evaluar la respuesta humanitaria y abordar la mejora del acceso y de la distribución” de la ayuda, según un comunicado de sus servicios. El miércoles se reunirá en Homs (centro) con “gente que ha sufrido directamente las consecuencias de la crisis, y necesitan una ayuda vital”.
A su vez el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció ayer una ofensiva militar en Siria contra los combatientes kurdos que controlan las regiones de Afrin y Manbiy. El gobierno turco ampliará a esas zonas la operación militar “Escudo Defensivo Eufrates”, lanzada en 2016 en la región de Yarabulus para expulsar a la milicia terrorista Estado Islámico (EI) de la frontera con Turquía, explicó Erdogan. Durante esa ofensiva, Turquía también combatió a las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas.
“Ahora es el momento de destruir por completo el proyecto de la organización separatista de establecer un corredor terrorista en Siria”, dijo el presidente turco en Ankara. Con “organizaciones separatistas” se refiere al proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), cuyo brazo sirio, las YPG, controla las regiones de Afrin y Manbiy.
El presidente turco ya había amenazado en varias ocasiones con una ofensiva en las zonas controladas por los kurdos en Siria. El 8 de octubre de 2017 Turquía envió tropas a la provincia siria de Idleb en el marco de los Acuerdos de Astana, firmados con Rusia e Irán, en los que los tres países se comprometen a vigilar conjuntamente la tregua en Siria.
Está previsto que a final de mes se celebre una conferencia en la ciudad rusa de Sochi para debatir sobre el futuro político de Siria una vez concluya la guerra. Sin embargo, gran parte de la oposición siria rechaza la conferencia.