Los trabajadores de Fanazul, la planta de Fabricaciones Militares en la ciudad de Azul, realizaron ayer un corte en la ruta 3 y 226 para reclamar a la administración nacional y provincial la reincorporación de los 219 despedidos anunciados por el interventor Luis Riva. Los manifestantes entregaron volantes a los automovilistas para explicar los motivos del corte, aunque el problema es bien conocido en Azul. La protesta podría repetirse hoy.
Desde las 9, la ruta 3 quedó cortada en su cruce con la 60, que conecta Azul con Rauch y Dolores. También en el empalme de la 3 con la ruta nacional 226, que hacia el norte de Azul sale a Olavarría y hacia el sur a Tandil y Mar del Plata, entre otras ciudades. Lo mismo ocurrió más tarde en el cruce con la 51, que lleva hacia Bahía Blanca.
“Varios compañeros de Bahía Blanca y Mar del Plata van a venir a acompañarnos. Las rutas van a estar prácticamente intransitables”, adelantó a PáginaI12 Omar Menchaca, delegado de ATE de Fanazul y uno de los empleados despedidos de esa planta, cuando arrancaba la jornada de lucha. La decisión de volver a las rutas –ya lo habían hecho la semana pasada– fue tomada el lunes a la noche durante una asamblea en el acampe que los despedidos y sus familias instalaron frente a la Municipalidad local. De hecho, el acampe fue levantado poco después para posibilitar la participación de todos en los piquetes de ayer.
Según informó el diario El Tiempo de Azul, la secretaria General de ATE a nivel regional, Vanina Zurita, aseguró que también se realizaron cortes en Bahía Blanca y Mar del Plata y advirtió que el cierre de Fanazul no afecta solo a sus empleados sino que es “un golpe a la clase trabajadora”. Respecto de la situación particular de la planta de Azul, Zurita sostuvo que en ciudades como esa “el golpe es social y económico” y agregó: “Necesitamos demostrarle a este gobierno que no tan fácilmente pueden cerrarnos una fábrica”.
El conflicto en Fanazul comenzó en el segundo día de este año, cuando el interventor de Fabricaciones Militares, Luis Riva, confirmó la cesación de los contratos de 219 trabajadores de esa planta de explosivos. Al día siguiente, hubo un corte de ruta para resistir la medida y luego una masiva movilización autoconvocada por los vecinos en el centro de esa ciudad.
A esa marcha le siguió un acampe de los trabajadores a metros del Palacio comunal y, producto de estas manifestaciones, se creó un comité de crisis integrado por representantes de los despedidos, por el intendente Hernán Bertellys, concejales y un cura católico en representación del Obispado. En la primera reunión realizada la semana pasada, lo único que se acordó fue volver a dialogar esta semana.
El sábado pasado, el Concejo Deliberante local aprobó la “emergencia laboral” en el distrito, que suspende por un año los despidos en administración pública. No obstante, la medida no alcanza a los trabajadores de Fanazul, por estar esta fábrica bajo la órbita del gobierno nacional.
Los rumores sobre el cierra de esa planta circularon desde mediados del año pasado, la administración de Cambiemos lo negó rotunda y públicamente. Durante la campaña por las legislativas, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, estuvo en ese partido y calificó de falsa “la idea del riesgo laboral o el riesgo de despidos” en Fanazul. “Lo que nosotros estamos haciendo con todas las empresas públicas es trabajar seriamente, fortalecerlas. Cuántas veces se ha hablado de que íbamos a cerrar tantas cosas y después no ocurrió”, le respondió a un periodista cuando lo consultaron por los rumores que ya circulaban sobre el futuro del establecimiento.