La militarización de los edificios públicos –con el despliegue de la infantería, de grupos antidisturbios, policías motorizados, vallados e hidrantes– ya es parte del paisaje del verano porteño 2018: a las protestas por despidos sigue el envío de las fuerzas de seguridad. Ayer le tocó al Ministerio de Ambiente, donde trabajadores de ATE Capital comenzaron una permanencia pacífica para reclamarle al rabino Sergio Bergman la reincorporación de los cesantes. Montada la protesta, en las cercanías del edificio se apostó un desproporcionado número de efectivos de la infantería, y durante varias horas se temió un desalojo por la fuerza. Anoche, los afectados se mantenían dentro del hall, con una guardia; la promesa de una audiencia para esta mañana había ayudado bastante a distender el clima.
El reclamo es por 28 despedidos que estaban bajo contrato y a los que el 31 de diciembre no les renovaron su continuidad laboral.
“Estos despidos se suman a otros anteriores que ocurrieron a lo largo del año: 13 en agosto, 15 a principios de año... tuvimos entre 60 y 65 en 2017”, señaló en la vereda del ministerio Edith Ibáñez. La delegada de ATE denunció que las políticas de vaciamiento precedieron a las cesantías, enmarcadas en la subejecución del presupuesto.
Para ATE Capital, la situación “es una muestra más del cinismo del Gobierno: mientras avanzan los incendios forestales en Mendoza y La Pampa, Sergio Bergman despide trabajadores y desmantela las áreas encargadas de prevenirlos”, remarcó la organización sindical.
En septiembre pasado, en medio de una crisis por la falta de manejo de los incendios forestales, el presidente Mauricio Macri recortó las funciones de Bergman. El ministro que se disfrazó de planta, que trajo dos televisores LED de Chile y que había augurado que “lo más útil que podemos hacer es rezar” para combatir los incendios fue desplazado mediante un decreto que le traspasó al Ministerio de Seguridad las tareas de respuesta operativa del combate del fuego. El rabino quedó a cargo de “lo concerniente a la protección y preservación del medio ambiente del daño generado por los incendios”. Según los datos publicados por el Ministerio de Modernización, Bergman había utilizado en su primer año de gestión apenas el 51 por ciento del presupuesto destinado al Sistema Nacional de Manejo del Fuego.
Ayer, los estatales llegaron al edificio ubicado en San Martín al 400 poco después de las 10 de la mañana. En la estrecha vereda de esa cuadra que linda con la city, organizaron al mediodía una choripaneada. Cuando las horas pasaron sin ninguna respuesta, decidieron armar una pelopincho, “a ver si algún funcionario suspende las vacaciones y se da por enterado de lo que nos pasa”. Uno de los manifestantes se animó incluso a ponerse el short para darse un chapuzón en la caliente tarde del microcentro, bajo la mirada de los turistas y las cámaras policiales, que instaladas a unos metros registraron todos los movimientos de la jornada de reclamo.
Aunque hubo algunos sondeos informales, ayer no se llegó a tratar la situación de los despedidos. El ministerio puso como condición el levantamiento de la protesta para abrir el diálogo, pero los afectados no quisieron dejar el hall. Sostuvieron que habían pasado diez días pidiendo ser atendidos y que temían que, de dar por terminada la permanencia, tampoco hubiera audiencia.
Finalmente, los funcionarios de la cartera propusieron una reunión con Bergman para hoy. El ministro recibiría al titular de ATE Capital, Daniel Catalano, y a los delegados de la junta interna a primera hora de la mañana.
El secretario de Organización de Ate Capital, Hugo Bellón, apuntó contra el plan de “dotaciones óptimas” que esgrime el Gobierno para llevar adelante la nueva ola de despidos en el Estado. “Ante la falta de respuestas y la amenaza represiva, vamos a seguir en estado de alerta y movilización y reafirmar la permanencia pacífica en el Ministerio hasta que el Gobierno se digne a dialogar seriamente, como prometía en campaña”.