River y Central jugarán esta noche la final de la Copa Argentina, el plato fuerte del semestre del fútbol local, ya que el campeonato de Primera División se definirá a mediados del año que viene. Además del título –el único que falta en las vitrinas del club de Núñez y el que los rosarinos vieron escapar de sus manos en las dos últimas ediciones, ante Huracán primero y contra Boca después– está en juego el último cupo para tomar parte de la Copa Libertadores 2017.

El encuentro decisivo de este certamen, del que participaron 75 equipos de todas las categorías y que le otorgará al vencedor 3,5 millones de pesos, podría significar el final del ciclo de Eduardo Coudet al frente del Canalla y de Marcelo Gallardo como conductor del Millonario, más allá del resultado.

River viene de sufrir una dura caída como local en el Superclásico ante Boca por 4-2, pero tiene una enorme posibilidad de dejar atrás ese mal trago. A eso apuntó el Muñeco cuando luego de la derrota del domingo pasado en el Monumental reclamó jugadores que quieran dar vuelta la página en forma inmediata y enfocarse en el segundo gran desafío del año, ya que el primero se cerró exitosamente con la conquista de la Recopa Sudamericana. El club de Núñez es el máximo ganador de la liga local en la era profesional con 35 títulos, pero la Copa Argentina siempre le fue esquiva, siendo su mejor actuación las semifinales de la edición 2011-2012, fase en la que perdió con Racing.

A lo largo del presente certamen, Gallardo utilizó a sus mejores hombres, lo que le dio la posibilidad de arribar a la final invicto tras ganarle 3-0 a Sportivo Rivadavia de Venado Tuerto, 2-1 a Estudiantes de San Luis, 1-0 a Arsenal, 3-0 a Unión y 2-0 a Gimnasia.

Por su parte, Central quiere ponerle un broche de oro al ciclo que comenzó hace dos años con Eduardo Coudet en el banco. El Chacho privilegió la disputa de la Copa Argentina por sobre el torneo de Primera, tanto que apenas ha sumado doce puntos y está ubicado a dieciséis del líder Boca. Además, suma ocho partidos sin triunfos. Los rosarinos se tomaron revancha de la polémica caída en la final del año pasado contra Boca eliminando al conjunto de Guillermo Barros Schelotto por 2-1 en la ronda de cuartos de final, y también dejaron en el camino a Belgrano por 2-0 en semifinales. Antes, superaron 1-0 a Villa Mitre, por penales a Rafaela tras igualar 2-2 y por 2-0 a Deportivo Morón.