A caballo de la mutación continua, Vetusta Morla canta: “Busco las riendas de un nuevo corcel”. Lo hace en Deséame suerte, el track que abre Mismo sitio, distinto lugar, publicado el año pasado y el cual presentarán en Buenos Aires el 23 de marzo. El cuarto disco de los españoles representa una transformación en lo que refiere a creatividad y dinámica de la banda, luego de una extensa gira con el anterior, La deriva. “Necesitábamos hacer bastantes cambios desde la manera de componer en el estudio hasta en la gente con la que hemos trabajado; un poco con la intención de mirar un futuro pero también de hacer un recuento de lo que somos y de lo que ha sido el recorrido del grupo y la experiencia”, cuenta el cantante Juan Pedro “Pucho” Martí.
Los madrileños se plantan en la historia profesional tras casi veinte años de trabajo. Luego de tomarse nueve para publicar su primer disco (Un día en el mundo, 2008), se sostienen en el tiempo a fuerza de creación y trabajo. El crecimiento es un hecho y materializa en el lanzamiento del disco en simultáneo en Colombia, México, Argentina y España. Y dentro de esta apuesta, incluyen shows en lugares a los que nunca habían ido, como Lima. “Nos gusta pensarnos como un colectivo y nos gusta hacer cosas mezcladas con otras disciplinas. Hicimos una banda sonora para un videojuego o conciertos con una banda sinfónica para mezclar otro tipo de música”, ejemplifica Pucho.
En esa maleabilidad de disciplinas se cuenta Memoria instantánea, un libro de fotos, como una bitácora de viaje y anécdotas, poemas y letras de canciones. “Voy tomando fotos con una Polaroid y se nos ocurrió unirlas con escritos de la banda. Es un libro colaborativo a doce manos porque hemos participado los seis, y era un formato casi de entradas de blogs”, cuenta el cantante.
Vetusta Morla se reconfiguró luego de La deriva (2014), disco que fue pensado para ser tocado en vivo, a diferencia de Mismo sitio, distinto lugar, maquinado desde el audio para luego adaptarlo al escenario. “La deriva hablaba mucho de lo que estaba sucediendo alrededor a nivel social. Fue un reflejo de las experiencias que nos llegaban, de familiares, de amigos, y fue trasladado a un discurso comunal. Fue un disco muy directo, muy urgente, se grabó muy rápido. Y tuvo una energía en directo bastante poderosa”, reflexiona Pucho.
Este nuevo trabajo incluye grandes canciones como Guerra civil o Punto sin retorno. Y también El discurso del rey, que retoma la alegoría social al preguntarse qué pasaría si el Rey no transmitiera su mensaje la noche de Navidad para el pueblo español, como lo hace anualmente. “Es una metáfora en base a esos hitos que ocurren todos los años, como este discurso, las campanadas de Noche Vieja o la lotería navideña: cosas que marcan los ciclos de la vida de las personas. La canción genera una distopía en la que ese personaje que se cuela todos los años por televisión en los hogares de repente no apareciese. Al principio generaría desconcierto y luego una especie de “Bueno, ¿por qué no?”. Hay que ir más allá”, dice. Y, tal vez sin saberlo, plantea nuevamente la idea de transformación.
* Viernes 23/3 a las 21 en el Teatro Ópera, Corrientes 860.